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 A la mañana siguiente Louis fue el primero en despertar y al abrir sus ojos, lo primero que vio fue a Harry dormido.
Tenía sus rizos algo descolocados y su agarre flojo en su cintura sorprendentemente no se había soltado desde la noche anterior.
Sus labios estaban entreabiertos y dejaba leves respiraciones escapar con tranquilidad. Parecía relajado y cómodo y muy seguramente lo estaba.

—¿Hazz?—murmuró suavemente mientras acariciaba su mejilla para poder despertarlo de la manera más suave posible, pero Harry ni siquiera sintió el tacto.—¿Quieres que te prepare otro té?—besó su frente.—Dejaré que tú seas quién lo elige esta mañana, pero para eso tienes que despertarte y decírmelo para que pueda ir a prepararlo.

—¿Hm?—murmuró Harry al sentir que estaba hablando, prácticamente habló mientras dormía porque sus ojos seguían cerrados.

—Dije que si quieres un té.—repitió Louis esta ves besando su sien.—Te lo prepararé yo y te lo traeré aquí para que puedas disfrutarlo.

Harry sin responder siguió manteniendo su posición y Louis al notarlo, sonrió y se alejó de él, pero Harry se volvió a acercar y lo abrazó una vez más.

—Ya amaneció Hazz.—dijo acariciando su espalda.—¿Vas a despertar o mejor almorzamos directamente?—elevó su mentón y besó su entrecejo.—Abre los ojitos.

Harry respiró hondo y abrió sus ojos durante unos segundos hasta volverlos a cerrar.—Hola.—murmuró algo grave.—¿Qué hora es?

—No lo sé, pero ya es mañana así que levanta.—se sentó en la cama y se levantó sin esperarlo.—¿Te preparo un té?—preguntó pero Harry no respondió y cuando giró a verlo, notó que se volvía a acomodar para seguir durmiendo. Sonrió y negó dos veces.

Se acercó a él y lo acostó de espaldas para situarse encima de él y le darle un pequeño beso en sus labios. 
Harry al sentirlo, abrió sus ojos y giró su mirada frunciendo el ceño.

—No me beses ahora, ni siquiera me lavé los dientes.

—Otra razón para levantarte.—dijo alejándose.—Estaré abajo preparándote un té y si no vienes cuando está listo, lloraré.

—Está bien.—dijo sonriendo y lo miró mientras éste salía y se iba hasta la cocina. 

Estiró su espalda y se dedicó unos minutos a simplemente mirar el techo y pensar en nada. Era algo inconsciente que hacía, y tampoco podía impedirlo.

Tras levantarse, se dirigió a su armario y sacó una toalla colocándola en su hombro. Con ella, salió de la habitación hasta bajar a la cocina. 
Notó que el ojiazul estaba poniendo una bolsita de té en el agua caliente que había volcado en una taza azul.

—Viniste.—dijo él sonriendo al verlo.—Te hice té rojo, pero aún no le puse azúcar, no sé dónde lo dejaste.

—Gracias pequeño, lo beberé en un rato, ahora iré a ducharme. ¿Quieres venir?

Louis al oírlo, primero se quedó quieto pensando que quizás había oído mal, pero enseguida frunció el ceño cuando se dio cuenta de que no.—¿Contigo?—preguntó y Harry asintió dos veces.—¿Los dos?

—Sí, así te limpio las heridas y ahorramos agua.—alzó sus hombros.—Si prefieres ducharte solo, puedes ir al baño de abajo, yo estaré arriba. En no más de quince minutos ya bajaré.—comenzó a caminar.—No pondré llave a la puerta por si quieres venirte.—dijo y se fue.

Louis quedó pensativo en la cocina, sin saber qué acababa de suceder. Lo miró alejarse hasta que subió por las escaleras y desapareció. 

¿Quería realmente ir con él? Sí, quizás, pero tenía miedo a que algo saliera mal, de que algo diera un giro raro. Pues sabía que ambos no iban a tener ni una prenda encima y temía que la cosa cambiara con ello.
No sabía si le hacía ilusión o le daba miedo pero optó por las dos opciones porque así era como se sentía. Estaba algo confundido pero tampoco quería desaprovechar la oportunidad. No sabía si más tarde volvería a ser preguntado lo mismo, y tampoco quería esperar para ver si eso ocurría.

Beachwood Café (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora