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A la mañana siguiente Louis de alguna manera se despertó a las 7, y ni siquiera supo cómo lo había logrado pero ya estaba ahí, sentado en la cama mirando a Harry, que seguía durmiendo como si aún le faltaran horas y horas de sueño, que desde luego sí era verdad.

Y por lo mismo el menor no supo qué hacer. ¿Debía despertarlo para ir a trabajar o debía de dejarlo dormir hasta que despertara por su cuenta?

Estuvo pensando en aquél dilema largos, largos minutos hasta que decidió bajar hasta la cocina y preparar un té. Y no era para él.
Al paso de cinco minutos cuando ya estuvo listo, subió de vuelta las escaleras y se sentó al lado de Harry para dejar la taza de té recién hecha, encima de la mesita de noche.

Llevó su mano a sus rizos y comenzó a acariciarlo de la misma manera que había hecho la noche anterior.

—¿Harry?—lo llamó, pero no obtuvo respuesta.—¿Hazz?—volvió a nombrarlo esta vez dejando reposar su cabeza en su hombro.—No sé si debo dejar que sigas durmiendo, pero no quiero arriesgarme a hacerlo. Quizá me odies si dejo que lo hagas pero.. no sé qué hacer así que decídete tú.—dijo y besó su hombro pero Harry no se movió.

Suspiró y se levantó para después quitar la cubrecama por encima de Harry. Lo acostó de espaldas y se acostó encima suyo apoyando su cabeza en su pecho, cosa que el rizado al sentir el peso, cogió aire y abrió sus ojos.
Notó que tenía a Louis encima, y al verlo no tardó en sonreír y dirigir sus manos a su espalda y cabellos para comenzar a acariciarlo.

—Hola Lou.—dijo con su voz mañanera grave consiguiendo que un escalofrío recorriera toda la columna de Louis.—¿Qué hora es?

—Las siete y algo.—dijo él y se levantó levemente para mirarlo. Tenía sus ojos algo hinchados y parte de éstos estaban rojos. Le faltaba sueño y se notaba.—No sabía si dejar que siguieras durmiendo o despertarte así que te desperté para que decidas tú.

Harry giró su cabeza a un lado y suspiró para después cerrar sus ojos de nuevo. Se llevó la mano a éstos y comenzó a rascarlos sin responder.
Louis al ver que no lo hacía, intentó levantarse pero Harry cogió su cintura y lo apegó a su cuerpo haciendo que éste se volviera a acostar encima de él.

—Te falta algo de sueño.—dijo Louis ignorando lo que acababa de hacer.—¿Quieres dormir un poco más?—preguntó pero Harry negó dos veces.

—No puedo Lou, si me entendieras..—alejó su mano de sus ojos y lo miró para acercarse y besar su frente.—Tú si quieres hazlo y así descansas por mi.

Louis negó dos veces.—No tendría sentido.—acarició su mentón y miró a sus labios.—Esta noche puedes dormirte temprano, así descansas más.—subió su mirada a los ojos.—O si te niegas y no quieres, sólo dame diez minutos para que hable contigo.

Harry sonrió y rió suavemente asintiendo dos veces.—Fue tierno lo que hiciste por mi, ¿lo sabías?

—¿Ah sí?—murmuró.

—Mucho.—dijo él.—Te preocupaste, no me imaginé que lo harías.

—Estabas durmiendo encima de tus hojas, Hazz.—se levantó levemente y apoyó sus codos para quedar un poco más alto que él.—Y para eso, preferí que estuvieras más cómodo.

—Lo estuve.

—Lo sé.

—Contigo.

Louis sonrió y sin responder asintió dos veces. Se sentó y cogió el té que le había preparado, en manos.—Mira, te hice esto.—dijo y enseguida Harry se sentó para verlo.—Ayer no quisiste probarlo, así que te hice el mismo. Es de canela.

Beachwood Café (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora