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 —¿Honestamente? Me es indiferente.—rió.—Y si rima es que es verdad.—estiró su espalda.—Eso es mentira, claro que me importa.—rodó sus ojos.—No me insultes, ¿yo qué te hice?—hizo una pequeña pausa.—No es para tanto, enserio sólo le diré que se vaya y que me deje en paz, no le des muchas vueltas, no es tan complicado.

Louis comenzó a jugar con sus manos mientras lo seguía escuchando. No hizo nada para interrumpir, no quería hacerlo.

—Mañana.—habló Harry.—Mañana se lo diré. Veré si quiere salir a comer fuera.—se acostó en sofá y suspiró.—Lo sé, todo por fin acabará.—respiró hondo.—Es lo único que deseo ahora mismo, centrarme en mis estudios y nada más.

Louis frunció su ceño y se levantó comenzando a caminar hacia él.

—Si hubiera sabido que era así desde un principio nunca le hubiera hablado, lo sabes.

Louis se acercó más y notó que tenía sus ojos cerrados.

—Me queda poco, como una hoja y así. Después pasaré al siguiente trabajo y creo que es el último.—dijo y abrió sus ojos con el ceño fruncido al sentir ese peso en su abdomen. Al mirar, notó que era Louis, que se había sentado ahí como indio mientras lo miraba.—En un momento hablamos.—dijo.—Sí, gracias y adiós.—murmuró y cortó.

—Hola Hazza.—dijo Louis posando sus dos manos en su pecho.—¿Era Liam?

—Sí.—respondió acariciando sus piernas.—¿Estás mejor?

—Un poco.—rascó su nuca.—¿Tienes huevos?

Harry frunció su ceño y rió levemente.—¿Qué?

—Huevos.

Harry sin saber cómo responder, mantuvo su silencio con el ceño fruncido y al verlo, Louis habló.

—No los tuyos, me refiero de gallina.

—Ooh..—cubrió su rostro.—Joder.—rió.—Lo siento, tengo una mente sucia.

Louis sonrió.—¿Entonces hay?

—No.—lo miró y sujetándolo, se sentó.—Me dan asco, la yema más que nada. La veo y es...—negó dos veces.—Me dan ganas de vomitar.—acarició su cuello.—¿A ti te gusta?

—A mí sí.

—Mañana compraré en ese caso, ¿te parece?—murmuró y Louis asintió dos veces.—O mejor salimos a comer fuera. ¿Quieres salir a comer fuera conmigo?

Louis tragó saliva y bajó la mirada comenzando a jugar con la manga de su pijama.—La verdad es que no.

Harry frunció el ceño.—¿No?—besó su mejilla.—¿Por qué no, cariño?

—Sabes..—lo miró y fingió una sonrisa.—Suele salir caro y no quiero que gastes mucho.

—No te preocupes por eso, sólo quiero que te alimentes bien.

—Estaré bien igual si comemos aquí.—dijo y su estómago rugió algo fuerte. Louis abrió sus ojos grande y cubrió su estómago mirando a otro sitio.—O quizá en Beachwoo-

—¿Tienes hambre?—preguntó Harry frunciendo el ceño.—Comiste la caja que te envíe, ¿verdad?

—Claro que sí.—dijo mirándolo.—Estaba rico.

—¿Y por qué tu abdomen está plano?—acarició su cintura.—La otra vez que comiste el mismo cubo, ni siquiera pudiste acabártelo y estabas hinchado, pero ahora dices haberlo comido todo y estás... delgadito.—alzó su mentón.—¿Qué pasó?

—Es.. em..—bajó la mirada y suspiró.—Es que..

—¿Qué?—preguntó levantando su mentón.—¿Pasó algo?

Beachwood Café (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora