Prólogo

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Desperté con la respiración agitada por el sueño más raro que tuve en mi vida, me había visto mayor, Victoria era mala al igual que mi abuelo, mi papá se había vuelto a casar y Paige y Allison...

¡Allison!

De inmediato me puse de pie para ir a su habitación, en mi sueño ella había muerto cuando era más grande. Pero al llegar a su habitación caí en la cuenta de que sigue siendo una bebé de dos años, fue el peor sueño que tuve en la vida. Tal vez sea por el hecho de que por primera vez estoy lejos de mi papá, me senté en la mecedora que estaba cerca a la cuna de Allison para verla dormir tranquilamente, no se en que momento el sueño me venció.

***

- Emi, Emily - escuche como me llamaban, al abrir los ojos vi a Victoria verme preocupada - ¿Qué haces aquí? creí que estabas dormida en tu habitación.

- Tuve un sueño feo anoche, sobre Allison... me asuste, vine a verla y creo que me quedé dormida.

- Tal vez haya sido el ataque de ese lobo, menos mal no alcanzó a hacerte daño... pero tranquila nada va a pasarte mientras estés con tu papá y conmigo.

- Nunca harías nada para lastimarme ¿Verdad? - dije dudosa al recordar el sueño.

- Claro que no, desde antes de casarme con tu padre ya empecé a quererte como a una hija y nada ni nadie cambiará eso.

- Ok - dije con una sonrisa - tengo hambre.

- Vamos, hoy vuelve tu padre y hay una noticia muy importante que quiere darte.

- ¿No puedes decirme?

- Solo te diré, que tu abuela ya encontró una cura para tu enfermedad.

- ¿De verdad? - pregunté emocionada, pero la emoción se fue en un segundo - pero creí que la XP no tenía cura.

- La medicina humana no, pero ella va a darte algo que no le puedes decir a nadie... y por eso tu padre debe hablar contigo... pero no le digas que yo te dije.

- Está bien, cuando me lo diga fingiré sorpresa.

- Esa es mi niña - dijo antes de abrazarme.

*** 

Aquella tarde, mi papá me dijo lo que Victoria me contó y lo que mi abuela Satomi me dio fue una mordida. La cual me curó y finalmente pude sentir la luz del sol en mi piel, pero eso también trajo consecuencias, nadie podía saber que me curé de la noche a la mañana así que debíamos mudarnos.

Fue difícil dejar a mi mejor amiga y al pueblo en el que crecí los últimos años, pero era lo mejor. Papá dijo que en unos años debía recibir otra mordida, y que hasta entonces debíamos alejarnos. Creía que ese sería el fin de una etapa...

Pero fue solo el comienzo de una nueva vida

Nuevo comienzo (STW 2º)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora