Nuevas oportunidades

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˗¡Regina! ¡Mi amor! ¡Gracias a los cielos, muchas gracias!˗Emma elevó los ojos verdes hacia el cielo nocturno en agradecimiento, para luego enseguida apretar a Regina fuertemente en sus brazos, sollozando de emoción

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˗¡Regina! ¡Mi amor! ¡Gracias a los cielos, muchas gracias!˗Emma elevó los ojos verdes hacia el cielo nocturno en agradecimiento, para luego enseguida apretar a Regina fuertemente en sus brazos, sollozando de emoción. Su cuerpo se veía sacudido por intensos hipos, que hacían que también el cuerpo de la morena se viera sacudido, quien aún aturdida y confusa, se agarraba también a la rubia.

˗¡Mi Reina! ¡Gracias a los dioses! ¡Mi Majestad!˗era Clarissa teniendo la misma reacción de Emma a algunos pasos de distancia, mientras enlazaba en sus brazos a una Reina Regina igualmente confusa y aturdida. La princesa enterró su cuello entre los cabellos de la Reina Malvada y allí lloraba copiosamente.

Mientras todo eso sucedía, explosiones de gritos ensordecedores y aplausos estruendosos resonaban por toda Storybrooke. Todos celebraban el regreso de las Reginas y el éxito de la Magia del Corazón de Vidrio. La victoria en la Gran Batalla ahora podía considerarse completa con el regreso de las dos mujeres. Los guerreros se abrazaban, así como todos los ejércitos de los reinos, mágicos y no mágicos. Gold respiró aliviado con una enorme sonrisa. Henry, Zelena, Robin, Belle, Mary, David, Maléfica, Lilith, entre tantos otros, lloraban de emoción, felicidad y alivio al ver a la alcaldesa y la Reina Malvada de regreso a la vida.

Henry, Zelena, Belle, David y Mary se dirigieron hacia donde Emma estaba fuertemente agarrada a Regina, aún en el suelo, pero al ver la entrega de las dos, decidieron aguantarse la ansiedad por abrazar a Regina y se detuvieron unos pasos atrás, esperando y respetando aquel momento tan importante y particular entre la alcaldesa y la Salvadora.

˗Emma...Me estás ahogando˗ Regina dijo riendo en medio del abrazo muy apretado ˗Acabo de volver de la muerte, por favor, no quieras matarme de nuevo...

˗¡Perdón, amor!˗Emma la soltó a regañadientes, entre lágrimas de felicidad y una sonrisa encantadora. Besó cada canto del rostro ahora con color y lleno de vida. Agarró su rostro y se estuvo un rato mirando profundamente aquellos ojos castaños que apenas unos minutos atrás pensaba que no vería más. Admiró cada pequeña parcela del hermoso rostro de Regina, como queriendo grabar cada mínimo detalle en su memoria ˗¡Es que pensé que te había perdido para siempre! Y ahora, tenerte aquí, llena de vida y sana de nuevo, en mis brazos...˗su voz de nuevo se entrecortó y lloró sin conseguir articular palabra.

˗Eh...˗la morena agarró su rostro y sonrió emocionada. Ella también admiraba cada detalle del rostro de su prometida ˗¡Pues ya no precisas llorar! ¡Estoy aquí de nuevo! ¡Para ti, mi amor! ¡Estoy aquí! ¡No sé cómo ha sucedido, pero he vuelto!˗ un beso lleno de amor y de entrega tuvo lugar en ese momento. Regina tomó los labios de Emma con deseo y sed por sentirlos. En aquel momento, sin deseo carnal. Solo el más puro sentimiento de amor verdadero.

˗¿Acaso sobra un pequeño espacio para nosotros?˗ era Henry que se acercaba junto con Zelena, David, Mary y Belle. El adolescente tenía los ojos rojos de tanto llorar.

Dulces deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora