El Valle de la Luz

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Mientras las parejas formadas por Emma y Regina, y la Reina y Clarissa aprovechaban aquel momento tan especial, rodeadas de todas las personas que las amaban y por los valientes guerreros, algo maravilloso y difícil de creer sucedía: una luminosid...

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Mientras las parejas formadas por Emma y Regina, y la Reina y Clarissa aprovechaban aquel momento tan especial, rodeadas de todas las personas que las amaban y por los valientes guerreros, algo maravilloso y difícil de creer sucedía: una luminosidad límpida y transparente como la luz de la luna comenzó a formarse de la nada en medio de los presentes y a rodear la ciudad entera, sobre todo la zona donde las personas estaban concentradas. Una luz intensa, que transmitía mucha paz y buena energía, y que se notaba que estaba unida a algo muy diferente y hermoso. En varios lugares, diseminados por aquí y por allá, en medio de toda esa luminosidad, comenzaron a surgir puntos brillantes y saltarines, volviendo aún más hermosa esa niebla luminosa. Las personas sonreían al contemplarla, aunque no entendían nada, los bebés Neal y Gideon, en brazos de sus madres, se reían a carcajadas e intentaban atrapar los puntos de luz con sus gorditas manitas, y Rolland gritaba mientras daba vueltas feliz intentando atrapar un punto luminoso que titilaba.

La población y los ejércitos estaban maravillados. Emma Swan sonreía y contemplaba todo aquello aún sin entender lo que significaba, sin embargo, la explicación para todo apareció enseguida.

Emma jadeó y su respiración y ritmo cardíaco se aceleraron al constatar lo que estaba pasando. Se paralizó y quedó quieta en el sitio, su mano apretaba tan fuertemente la de Regina a su lado que la morena pensó que podría perder los dedos. Swan miraba alrededor, con la boca abierta, los ojos desorbitados, el pecho subiendo y bajando, como si hubiera visto a miles de fantasmas.

Y de hecho era exactamente eso lo que Emma estaba viendo...

–Amor, ¿qué ocurre?– preocupada, Regina acarició el brazo de la rubia, pero aun así no obtuvo respuesta. Su prometida continuaba con la misma expresión abobada, mirando de un lado a otro. En ese momento todos los presentes se centraron en la reacción de Emma y fijaron sus miradas en la Salvadora. Era evidente que Emma estaba viendo algo que nadie más era capaz.

Lo que significa toda esa luz era algo de verdad maravilloso y encantador. Poco a poco, en el campo de visión solo de Emma, empezaron a aparecer nada más y nada menos que muchas, miles de altas figuras encapuchadas de negro, con las que Emma ya estaba familiarizada y a quienes conocía muy bien. Los Espectros del Valle Sombrío...Sus guías, sus ayudantes, aun con todo ese comienzo perturbador y misterioso que habían tenido, sus grandes amigos y corresponsables de su victoria en la más temida de sus misiones. E iban apareciendo, un verdadero ejército del mundo espiritual. Y lo que sucedió tras la aparición de los seres sombríos y encapuchados fue lo que más emocionó a Emma y la hizo sonreír en medio de las lágrimas...

Los seres deformados y cubiertos por esa gruesa capa negra fueron rodeados por la intensa luz que allí había, uno a uno. A medida que la luz giraba sutilmente alrededor de sus cuerpos espirituales, empezaba a salir de ellos un intenso brillo, y con eso, las capas negras se iban transformando en ropas blancas, llenas de pureza y luz. Las manos macilentas, hinchadas y verduzcas, resultado de tantos años de sufrimiento en el Valle de las Sombras, ahora se transformaban en manos normales, limpias de cualquier tipo de oscuridad. El frío cortante que solía ser común que Emma sintiera cuando ellos aparecían fuera de las sesiones especiales ya no existía. Entonces, todos, uno a uno, se fueron quitando sus ahora capuchas blancas, y dejándolas caer tras sus cabezas, mientras Emma miraba admirada y emocionada la escena que sucedía delante de sus ojos. Los rostros verdaderos de los Espectros fueron apareciendo...Rostros de las personas que habían sido en vida, y que quedaron ocultos y escondidos bajo esas capuchas negras durante tantos años, deformados hasta el punto de que era imposible mirarlos. Los rostros de aquellos que durante tanto tiempo habían perdido su identidad y su propio ser ahora estaban de regreso en todo su esplendor.

Dulces deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora