La Última Batalla. Parte I. El sacrificio

1.1K 124 56
                                    


Preparen los pañuelos.

Las horas se transformaban rápidamente en días, y los días, sin piedad, se transformaron velozmente en semanas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las horas se transformaban rápidamente en días, y los días, sin piedad, se transformaron velozmente en semanas. Todos los que eran conocedores de la Guerra, en la pequeña ciudad de Storybrooke, sabían que su llegada estaba próxima. Para los que iban a luchar, las espadas eran desenvainadas y lustradas, las flechas eran sacadas de sus carcasas y las reservas eran repuestas, cuchillos, lanzas y otros tipos de armas estaban siendo afiladas y preparadas, y quien poseía algún tipo de magia se estaba entrenando y fortaleciéndola para poder usarla de manera más poderosa posible. Nunca el clima en la acogedora ciudad había estado tan tenso y angustioso.

Y entonces, ella llegó. Proveniente del bosque, una densa, aterradora y gris nube avanzó rápidamente y de forma tenebrosa por encima de Storybrooke, aposentándose sobre las casas y terrazas, cubriendo cualquier vestigio de la luz del sol y de la alegría azul y limpia de los cielos. Todo lo que se formó fue una aplastante masa que anunciaba que lo peor estaba por venir, introduciendo en el alma de los moradores una tremenda angustia.

Tal y como Fiona, el Hada Negra, dijera, la gran nube sería enviada como aviso del comienzo de la Batalla, y al final de tres días, al anochecer, la Guerra comenzaría. Todos lo que lucharían comenzaban a prepararse más arduamente, preparados para la espera. Emma, Regina y Henry pasaron el máximo de tiempo posible juntos en esos tres días de aflicción y agonía, como si no tuvieran ganas de separarse. Mary Margareth, David y Zelena se juntaron también a ellos. Emma y Regina lloraron, a veces, a escondidas, pues ninguna de las dos quería que la otra la viera hundida en esos momentos de debilidad.

Lo planeado con Ruby se fue poniendo en práctica en cuanto la nube se hubo instalado. La humareda violeta de Regina llegó a ella a través del portal del bosque de Storybrooke, ahora visible para que se pudiera traspasar. La loba, con su poderoso aullido, llamó a los guerreros, brujos, magos y hechiceros que habían reunido para convocarlos para la batalla. Ruby, Dorothy, todos los guerreros convocados por ella y también por Emma, Regina y Zelena estaban listos al finalizar el día para atravesar el portal y llegar a Storybrooke.

Y así se hizo. El portal se abrió y allí estaban Regina, Zelena y Emma para recibirlos. Pasaron por el Ruby, Dorothy, Mulan y su ejército, Mérida, Elsa, Pocahontas, el príncipe Philippe, también con sus ejércitos, además de una infinidad de magos, hechiceros, guerreros, Trolls, Elfos y luchadores del bien. No paraba de pasar gente, y todos y cada uno que llegaban al bosque de Storybrooke saludaban a Emma, Regina y Zelena con una gran reverencia y sonrisa. Las tres mujeres se emocionaron. Mucha gente estaba, de verdad, dispuesta a ayudarlas en esa Batalla.

Los grupos fueron divididos en tiendas y barracas en el lado sur del bosque, y Granny se encargaba de la comida de todos, junto con su nieta a la que había echado mucho de menos.

Todos estaban acomodados. Al final del segundo día, víspera del inicio de la Gran Batalla, era el momento de volver al portal del Bosque de Storybrooje, pero esta vez con el propósito de que lo atravesaran todos los que no podían ayudar en la lucha: los enfermos, los niños, y las personas sin nociones de lucha o sin magia, hasta un escondrijo en el Bosque Encantado, hasta que la tormenta pasara y pudieran regresar.

Dulces deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora