Let's start
Perrie.
Seguí la dirección que Zayn me había enviado: Richwor 327, piso número 4, departamento 40. Entré al ascensor junto con otra señora de rizos rubios y pintalabios excesivo y empezamos a subir.
—¿A quién vienes a ver, querida? —preguntó con voz de anciana. Debía de tener unos 60 por lo menos. O 70.
—A un amigo. Zayn Malik. ¿Lo conoce?
—Oh, Zayn. Claro. Vive aquí desde hace unas semanas. Es un buen chico, muy apuesto —me guiñó el ojo—. ¿Qué piensan hacer?
—Pues, pensamos salir —contesté. No era la completa verdad, pero en si no mentía.
—¿Con esa pinta? —exclamó horrorizada.
Miré mi ropa. Llevaba un pantalón deportivo azul, una remera Adidas, una campera a juego con el pantalón y zapatillas. Bueno, no lucia como si tuviera una cita, pero íbamos a practicar en el cuartel. Necesitaríamos lucir cómodos.
—Vengo del gimnasio —mentí—. No pude pasar por mi casa. Pero tan solo iremos a un restaurante, nadie va a notarlo.
Porque nadie jamás me vería.
—Pues déjame decirte que tienes mucha suerte. Se ve como un hombre caballeroso. ¿A dónde piensa ir a comer?
Por Dios, que vieja más chismosa.
—No lo sabemos. Iremos por ahí.
—Les recomiendo el restaurante “Vas Happening”. Sirven unos deliciosos espaguetis. ¡Y el vino! Una delicia. Allí es donde mi difunto Enrique me pidió matrimonio. Que en paz descanse su alma. Recuerda esa vez que…
Además de chismosa, charlatana. Por cierto, ¿cuánto le faltaba al elevador? Sentía que estaba aquí desde hace una hora.
—Y el se resbaló con esa cascara de banana… Oye —chasqueó los dedos enfrente de mí. Parpadeé confundida—. ¿Me estas escuchando?
—¿Eh? Si, si. Continúe.
—Muy bien. Como decía, se resbaló y…
Las puertas se abrieron en el piso número cuatro. No pude ocultar mi emoción, por lo que pegué un saltito de alegría.
—Disculpe, debo irme —le dije, volviéndome a poner seria—. Gusto en conocerla.
Salí del ascensor antes de que pudiera decir algo y suspiré de alivio cuando las puertas se cerraron. Caminé hacia la puerta 40 y toqué la puerta. No contesto, por lo que golpeé de nuevo más fuerte. Un Zayn adormilado y con el pecho descubierto abrió la puerta.
—¿Perrie? ¿Qué haces aquí? —preguntó rascándose el cuello. Sus ojos apenas estaban abiertos.
—Hoy te toca entrenamiento. ¿Lo olvidaste? —me crucé de brazos.
Al parecer el hámster de su cabeza empezó a girar su rueda, porque abrió los ojos como platos y se llevó las manos al cabello.
—¡El entrenamiento!
—Ajam. Entra ahí y ponte algo cómodo. Necesitaras poder moverte para lo que las chicas te tienen preparado.
—Muy bien. Pasa.
Se movió de la puerta y me dejó entrar, cerrando la puerta detrás de mí.
Su departamento era sumamente enorme. Aquí podrían caber unas 30 personas con facilidad. Las paredes eran de color negro y el piso flotante blanco. Había unos sofás y una televisión de 45” colgada.
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Ladies of the Darkness » little direction
Fanfic❝Las estrellas no pueden brillar sin oscuridad❞, dijeron ellas, admirando el cielo nocturno plagado de manchas blancas mientras corrían de la policía. En ciertas ocasiones, es difícil elegir entre el bien y el mal. #782 en fanfic 18/02/15 (es un log...