☾ capítulo veintitrés ☽

2K 184 27
                                    

Llegué a la oficina a las 7:30 de la mañana. No se veía ningún alma por las calles; apenas unos vehículos y un diariero lograban divisarse a través de la densa niebla que había surgido de la nada y que no parecía querer desaparecer pronto. Saludé a los oficiales de turno, los cuales suspiraron aliviados ya que podrían irse a casa.

Me senté en mi pequeño escritorio y prendí la computadora. Escuché la puerta cerrarse unos minutos después, lo cual significaba que ya estaba completamente solo.  «Perfecto», pensé, abriendo el buscador de Google. Tecleé “Jesy Nelson” y apreté en buscar. Ningún enlace apareció de nuevo. Golpeé la mesa con mi puño. Ya había intentado tiempo atrás buscar algo en internet, pero como hoy, no encontraba ningún resultado.

—Hola Liam —saludó Louis.

Me giré para mirarlo. Estaba cerrando la puerta del establecimiento y ahora se dirigía hacia su escritorio. Llevaba una remera blanca, un pantalón de buzo, una bufanda y unos zapatos negros. Llevaba el pelo despeinado y unas pequeñas bolsas descansaban bajo sus ojos azules. Se sentó en la silla.

—¿Qué haces? —Preguntó, señalando la computadora—. Tú no tocas mucho esa cosa.

Rodé los ojos divertido y cerré la tapa de la notebook. Más tarde borraría el historial de lectura. Mientras tanto, Louis seguía esperando una respuesta.

—Buscaba cosas, nada importante —le dije, encogiéndome de hombros para restarle importancia—. ¿Y tú? ¿Qué has hacho?

—Nada. Después de quedar como rehenes, no quise ni siquiera pensar. Así que apenas llegué a mi casa, me acosté a dormir. ¡Qué hermoso que es dormir!

Asentí riendo. Louis siempre era divertido y exagerado. Charlamos por un rato, recordando los viejos tiempos y diciendo chistes malos que Harry nos había pegado. Me contó que conoció a una chica en un bar y que solían enviarse un par de mensajes, además de tener un par de citas.

—¿Por qué no nos dijiste nada? —le pregunté.

Se encogió de hombros.

—Se lo dije a Zayn y… —suspiró triste—, mira lo que ocurrió.

Se creó un silencio incomodo entre los dos.

—¿Puedo contarte algo? —preguntó de repente.

Asentí.

—Anoche, cuando estábamos en el banco, el tipo con la máscara… em… —chasqueó los dedos intentando recordar.

Humo.

—¡Humo, si! Cuando estábamos ahí adentro, encerrados, me pareció conocido, muy conocido.

—A mi también —afirmé.

—Pero no era cualquier conocido —continuó, pasando mis palabras por alto, Me miró a los ojos—. Era Zayn.

Mi mandíbula cayó al suelo.

—¿Zayn qué? —balbuceé. ¿Qué diablos estaba diciendo Louis? No podía ser cierto. El hombre misterioso del banco y el nuevo miembro no era nuestro Zayn. El jamás robaría ni se uniría al lado contrario.

Se levantó de su asiento y se acercó a mí, sentándose de nuevo pero a mi lado. Tenía su cara a apenas unos centímetros.

—El nuevo líder de las Damas de la Oscuridad es Zayn.

Ya comenzaba a asustarme.

Al notar mi reacción, Louis negó con la cabeza. Me tomó de los hombros.

—Debes creerme, Liam. Tan solo piénsalo. La misma voz, la misma estatura. Esa mascarita de pacotilla no va a engañarme. ¡Es él!

—¿Que ocurre aquí? —preguntó Niall junto a Harry, mirándonos confundidos. En sus manos llevaban cuatro vasos de café provenientes de Starbucks. Louis me soltó rápidamente y se alejó de mí, sin perder la vista de los chicos en ningún momento—. ¿Alguna explicación…?

Ladies of the Darkness » little directionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora