Ladies of the Darkness » little direction

☾ epílogo ☽

Y pasaron los días, luego los meses, y por últimos, los años.

Luego de aquella noche donde Perrie me salvó, la vida nos dio un descanso de todo. No volvimos a los robos ni a la policía. Nos alejamos de todo lo que tenía que ver con esas dos palabras. Conseguí trabajo en una escuela como profesor de Arte y Perrie en una cafetería del centro donde trabajaba todos los días excepto los domingos.

No volvimos a saber nada de los demás. No recibimos ninguna llamada o un mensaje; la única excepción fue una carta de parte de Niall en la que anunciaban que estaban bien. No respondimos por miedo de que alguien interceptara la carta.

Perrie vendió su auto y compró uno más económico para no levantar sospechas. Yo, mientras tanto, continuaba utilizando mi amada motocicleta. No iba a venderla por nada. Me traía gratos momentos.

Se descubrió el cuartel secreto de las "Damas de la Oscuridad" gracias a una llamada anónima que afirmaba conocer su ubicación. El reportaje pasó días en las noticias como exclusiva. Encontraron sangre y mapas, trazados con delicadeza, de toda la ciudad. Encontraron, además, notas y joyas, por lo que supusieron que las ladronas se habían ido esperando volver. Pero lo que más les llamó la atención fue el extraño teléfono rojo sobre el escritorio al que le habían cortado la línea...

—Zayn, ¿estás bien?

La dulce voz de Perrie me sacó de mi trance. Frente a mí, la enorme ciudad de Londres se encontraba en su punto más glamuroso: la noche. Miles de luces, blancas, verdes y rojas, iluminaban el enorme árbol de navidad que guiaría a Santa Claus hacia Inglaterra.

—Un poco pensativo, no es nada —le respondí, pasando un brazo por su cintura para atraerla a mí. Bebí un poco de champagne de mi copa—. ¿No es hermoso? —le pregunté, señalando el ventanal. Las calles estaban siendo limpiadas de nieve por las máquinas para que las personas pudieran usar sus automóviles.

Ella asintió, acomodando su cabeza en mi cuello para olisquear mi cuello.

—¿Seguro que no ocurre nada? —volvió a preguntar, alejándose un poco para ver su rostro serio pero preocupado. Asentí—. Sabes que puedes confiar en mi para lo que .sea, ¿no?

—Te confío hasta mi vida, bebé. Nunca dudes de eso.

Dejé un beso en su mejilla y abracé su delicado cuerpo con ternura.

—Voy a terminar la cena —dijo, separándose de mí y caminando a la cocina.

Le sonreí, volviendo a tomar de la copa. Miré el exterior por segunda vez. Revisé con detenimiento cada techo nevado, cada luz de cada farol, cada pequeño detalle que pudiera ser visto a través del reflejo de los cristales de la ventana.

«Sé que estás ahí», le dije en pensamientos, cerrando las cortinas de un tirón.

Charles no había aparecido en los últimos años. Parecía que luego de hacer el trato, se había esfumado, como si hubiera sido una sombra a la cual el sol se había encargado de matar. Pero yo sabía que estaba ahí. Sabía que nos observaba, que nos escuchaba, que nos sonreía como un asesino que le sonreía a su víctima antes de matarla. Lo sentía en lo más profundo de mi piel, como si fuera un pequeño insecto que trepaba por todo mi cuerpo sin detenerse.

Sacudí mi cabeza. Era Nochebuena; no iba a desperdiciarla en pensamientos que solo traían problemas. Hoy debía festejarlo con mi familia y con la gente que amaba. Y ella se encontraba aquí y conmigo.

Miré mi reloj y sonreí. Era la hora.

Perrie salió de la cocina con un pollo en sus manos, el cual cayó al suelo al tiempo que cubría su boca con sus manos. Reí al ver su expresión.

—Feliz navidad, amor. ¿Quieres ser mi esposa?

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NO TENGO PALABRAS PARA AGRADECERLES TODO LO QUE HAN HECHO POR MI Y ESTA HISTORIA.

Gracias por haber estado en todo :') Por haber esperado, por haber escuchado, por haber estado conmigo, por haber leído, principalmente. Son lo mejor que me podría haber pasado. Siempre quise saber que era tener a gente que te apoyara, que esperara con ansias algo que vos haces. Y gracias a ustedes ahora lo se. GRACIAS GRACIAS GRACIAS

Me gustaría haber podido darles más, pero la historia iba a llegar al capítulo 437 y ni siquiera mi abuela lo leería. Decidí cortarla acá para no darles más problemas a los pobres (estaba pensando en matar a alguno).

Ahora ustedes sigan imaginando sus finales: ¿qué pasó con los chicos en América? ¿qué parejas se formaron? ¿Perrie habrá aceptado? ¿Charles los estará vigilando? Ustedes tienen el poder de decidirlo :D

INFINITAS GRACIAS

Palomita de Maíz, cambio y fuera.