☾ capitulo siete ☽

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                                       Oh honey, you make me crazy

Zayn había aceptado. Zayn había aceptado en convertirse en uno de las nuestras, en una Dama de la oscuridad. ¿Eso significaba que él era un caballero de la oscuridad o qué? Oh Dios, ya estoy pensando en estupideces. Pero era algo inevitable. Lo imposible acababa de suceder: un policía había aceptado matar y robar por intención propia.

—Y dinos, Zayn, ¿Qué es lo que te hace diferente? —preguntó Jesy, revolviendo con la cucharita su cappuchino.

—¿Lo que me hace diferente?

—Lo que te hace peligroso.

Zayn resopló y comenzó a pensar. —Soy bastante rápido y... bueno con las armas.

—Nos iría bastante bien alguien bueno con las armas —ronroneo Leigh, mordiéndose levemente el labio mirando a Zayn.

Esto no podía estar pasando. ¿Estaba ella coqueteando con mi novio de la infancia? ¿Y de una forma atrevida y con intenciones sexuales? ¿Qué le estaba pasando?

Zayn se sonrojo levemente y le proporcione una patada bajo la mesa a Leigh, advirtiéndole. La idea era no asustarlo, ¡y ella lo estaba logrando perfectamente!

—Dejando a Leigh con su intento de coqueteo fallido —esta vez fue el turno de la morena de sonrojarse—, ¿Cuál es tu mejor serie en tiro?

—25 de 25 —respondió, sonriendo levemente.

—Eso es grandioso.

EscuchÉ el sonido del ringtone de mi celular y revolví mi bolso hasta encontrarlo. Era mi madre. Fruncí las cejas. Ella casi nunca me llamaba, no luego de la pelea de hace unos años para quedarme en Londres, ya que ellos habían decidido mudarse devuelta South Shields. Le había dicho que quería seguir mis sueños para ser cantante, lo que solo era una mentira para poder comenzar con las Damas de la oscuridad. Aunque, cantaba ciertos días en el Magic Casino junto con la banda.

Desbloqueé el celular y me lo lleve a la oreja.

—¿Mama? ¿Por qué llamas? —le pregunté. No quería establecer una conversación con ella, solo quería saber la razón de su llamado.

—Ya veo que ni siquiera saludas, no te crie así Perrie —respondió. Rodé los ojos y me pellizqué el puente de mi nariz, buscando la paciencia necesaria para soportar a mi madre.

—¿Quién es? —articulo Jade.

—Mi madre —respondí moviendo los labios. Me aclaré la garganta—. ¿Podrías decirme porque me llamas? —dije esta vez en voz alta.

—Bien. Dentro de unos días será el cumpleaños de tu padre y me preguntaba si podrías venir.

Mi padre, la única persona que había estado de acuerdo con que yo me quedara. El mismo había pagado las clases de canto ya que había notado que en mi había un fuerte talento musical y que algún día podría ser alguien famoso. Y dentro de poco era su cumpleaños, ¿Cómo lo había olvidado?

—¿Qué día tendría que ir?

—El jueves, te pasas el fin de semana aquí y luego vuelves.

Lo medité unos segundos. Ser una Dama requería tiempo completo, no sabias cuando él iba a llamar para pedirte un encargo. Pero por otro lado era mi padre...

—Muy bien, te veré en unos días.

—Bien. Adiós. Oh, y por favor ponte algo presentable, nada de tus cosas hippies que tanto usan los adolecentes.

—Adiós.

Colgué el teléfono y resoplé. Mi madre podía ser muy descortés y pesada en varias ocasiones. Varias.

—¿Qué hacia tu madre llamándote? —pregunto Leigh.

—Dentro de unos días es el cumpleaños de mi padre, y me ha dicho que si quiero ir. Debo ir a South Shields el jueves. ¡Ya sé que tuve que haber preguntado! —Dije cerrándole la boca a Jesy—, pero es papá.

Ella suspiro y se paso la mano por el pelo, el mismo gesto que hacía cada vez que buscaba un poco de paciencia. Luego pregunto: —¿Cuándo volverías?

—Pasaría el fin de semana allí.

—Muy bien. Solo porque es tu padre.

Sonreí y aplaudí feliz. Eran pocas las veces que nos permitíamos salir de la ciudad por temas personales, y que me dejara hacerlo sin antes preguntarle era una nueva clase de milagro.

—Y por lo tanto, Zayn, el jueves tendrás tu primer encargo.

—¿Qué? —pregunto él perplejo—. No-no sabía que iba a comenzar tan temprano.

—Pues bueno, lo harás —y Jesy finalizo la conversación.

Luego de unos minutos cada uno tomo sus cosas y se levanto. Teníamos que ir a trabajar y se nos hacia tarde. Salimos hacia afuera luego de pagar y las chicas se despidieron de nosotros, indicándole a Zayn el lugar exacto al que debían ir.

—Nos toca el mejor lugar de todos —aseguro Jesy. Es una pena que te lo pierdas, Perrie.

Se fue dejándonos a Zayn y a mi solos.

—Bueno, creo que es hora de que yo me vaya también —dijo él, llevando sus manos a los bolsillos.

—Oh claro, claro. Debes trabajar en la estación... y yo también debo irme. Ya sabes, trabajo —aclare, riendo.

El asintió. —Bueno, nos veremos...

—Hoy.

—¿Hoy? —pregunto confuso.

—Sí. Creo que las chicas se olvidaron de decirte pero —me acerque un poco más a él y puse mi boca cerca de su oído—, debemos crear la estrategia para el robo.

Sentí como su piel se erizaba levemente y reí. Trago duro y asintió.

—¿Quieres que te recoja? —le pregunte—. No sabes donde es la guarida.

—Seria excelente —sonrió, dejándome ver su blanca dentadura.

—Muy bien. Te llamo luego para que me digas tu dirección.

Comencé a caminar y segundos después sentí como él me tomaba de la muñeca. Sentí una pequeña corriente eléctrica atravesarme todo el brazo.

—No tienes mi número —murmuró, soltando mi muñeca.

—Zayn —di un paso hacia el haciendo que nos quedáramos a una corta distancia—, sí que lo tengo.

Le di un beso rápido en la mejilla y me di la vuelta, volviendo a caminar hacia mi casa. Gire levemente la cabeza y me di cuenta de que Zayn sonreía al suelo como bobo. Levanto la vista y se encontró con mi mirada. Le guiñe un ojo y volví la vista al frente.

 Porque sí, Zayn Malik jamas dejó de gustarme.


Ladies of the Darkness » little directionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora