☾ capítulo veintiuno ☽

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Liam

Una semana sin él. Una semana sin Zayn en el equipo.

«Si sales por esa puerta, no serás más un policía» Esas palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza. Y cada vez que revivía la escena, más amargura entraba a mi cuerpo. «¿Por qué no lo busque?», me pregunté por séptima vez en la semana, una por cada día. «¿Por qué no le dije que era mentira, que seguíamos siendo hermanos y compañeros?».

«Pero hay razones», me contradijo el otro lado de mi cabeza. Por ahora, esta estaba dividida en dos diferentes secciones: los pros y los contras. «Recuerda que Zayn podría estar unido a los criminales, estar siendo una rata de alcantarilla. Sacarlos fue una buena elección. No podíamos perder el puesto como jefes, nos costó demasiado llegar hasta aquí».

Pero no importaba lo que pensara, nada justificaba la pregunta:¿Cómo había sido tan idiota de decir esas diez palabras?

—Liam —Harry me dio un leve empujoncito con el pie. Me giré a mirarlo. Estaba sentado en la silla contigua, mirándome expectante—. ¿Y bien?

Fruncí el entrecejo.

—¿Y bien qué? —pregunté.

—Sobre el remplazo de Zayn —dijo Niall, levantando un par de hojas para dejarlas a la vista—. ¿Te parece que es lo correcto? ¿Buscar un reemplazo?

«¿De qué estamos hablando?», me pregunté. Miré alrededor para orientarme. Estábamos en el restaurante de siempre, un pequeño lugar en el que servían comida casera y licuados de fruta con hielo.

Y entonces recordé. Estábamos aquí reunidos para discutir sobre si sería necesario buscar a alguien para sustituir a Zayn. Lo habíamos pensado toda la semana, o al menos en los ratos en los que no estuvimos lamentándonos u odiándonos sobre su partida. El grupo era generalmente de cinco, por lo que nos ponía en ventaja sobre los ladrones. Pero con uno menos, estábamos en desventaja.

—¿Para qué necesitamos un reemplazo? Estamos bien así —dijo Louis con amargura. Él estaba decidido a que siguiéramos siendo cuatro y que no agregáramos a nadie más.

—Pero podemos estar mejor con uno más —propuso Harry, encogiéndose de hombros.

—Estamos mejor así —replicó, cerrando el puño con fuerza.

—Peri si buscamos un reemplazo para Zayn…

—Nadie podrá reemplazar a Zayn.

Se creó un silencio en la mesa. Louis y Harry se envían miradas, pero no de odio, si no de tristeza. Niall bajó la cabeza y miró el suelo, admirándolo como si se tratara de oro. Mientras, yo me dediqué a mirar con atención la pared de color naranja, decorada con cuadros y adornos excéntricos.

Suspiré profundo y abrí la boca, pero el sonido de mi teléfono me cortó. Revisé el mensaje. “Robo en la quinta y Herlen, banco nacional”. Bueno, por lo menos nos sacaríamos a Zayn de la cabeza. Me levanté, atrayendo la mirada de los chicos. Tomé mi abrigo.

—Hay trabajo —fue lo único que dije, aunque lo necesario para que dejaran su tristeza a un lado y pararse.

Dejamos dinero sobre la mesa y corrimos hacia el auto, encendimos las sirenas y partimos hacia el banco.

—¿Cuál es la situación? —pregunté, cerrando la puerta y mirando el edificio de dos pisos y blindado acordonado con cinta policial. Cuatro patrullas estaban encerrando la entrada, mientras un grupo de policía se ocupada de mantener a la gente calmada. Las puertas estaban cerradas, pero aún así se veía como un par de personas estaban dentro y se movían de un lado a otro. Caminé hasta quedar a junto con los demás policías.

Ladies of the Darkness » little directionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora