Epílogo Pt. 2

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Kenma y Rei dormían lado a lado, lo cuál ayudaba al muchacho a despertarse para ayudar a su novia, justo como aquella noche.
Un ligero temblor, acompañado de un suave quejido le hizo abrir los ojos.

- ¿Rei?-preguntó en un susurro- ¿Estas bien?

Al no recibir respuesta, se giró para su novia. Ya no era tan común o tan seguido como hacía años atrás, pero de vez en cuando, Kenma se despertaba por la inquietud en el sueño de Rei, pues sentía los temblores y la respiración irregular.
Así que, como había aprendido durante el tiempo de conocerla y el tiempo que habían vivido juntos, la empezó a llamar suavemente por su nombre mientras le acariciaba la mejilla. Después de unos momentos, la chica abrió los ojos y contuvo la respiración, la cuál soltó al ver a su novio junto a ella.

- ¿La pesadilla nuevamente?-preguntó Kenma.

Rei asintió, y siguiendo los brazos de Kenma, se acomodó en su pecho, sintiendo el calor de las manos del chico en su espalda, y las caricias en su cabello, dejó que las imágenes restantes de su pesadilla se esfumaran.

Habían pasado años tras el intento de secuestro, pero su mente se encargaba de recordarselo de tanto en tanto. No era de sorprenderse, pues había sido un camino largo para luchar no sólo contra su miedo, sino también con la paranoia de sus padres, que durante meses hicieron todo lo posible porque su hija no saliera a la calle, al menos no sin compañía.
Kenma había sido una gran ayuda en ese aspecto, pues al comprometerse a recogerla y dejarla en la puerta de su casa por lo que restó de la preparatoria y parte de la universidad (antes de que se mudaran juntos), había logrado que esa confianza se recuperara un poco.
Ya viviendo juntos, Rei tenía más libertad, Kenma se había asegurado de conseguir un departamento en un vecindario tranquilo y seguro, así la chica tenía la confianza de ir a correr o caminar sin preocupaciones.
A pesar de ello muchas veces terminaba arrastrando a Kenma con ella, con la excusa de que era para mantener una buena forma y salud, pero en varias ocasiones Kenma la descubría viendo de un lado a otro, alerta de cualquier indicio de peligro.

Al día siguiente, ya con la luz del sol haciéndoles compañía ambos se levantaron para ir a correr. Aunque no era un gran amante del ejercicio como su novia, agradecía el entusiasmo de la chica, pues estaba consciente de que muy posiblemente sin ella a su lado, no estaría en la forma física en la que se encontraba, y no tendría de igual forma un control tan sano en su alimentación.
A pesar de que la chica estaba en un "descanso" de una semana de sus entrenamientos, no podía evitar al menos el dar la vuelta, estaba tan acostumbrada a estar en movimiento todo el tiempo, que el dejar de hacerlo la ponía con los pelos de punta.

Al regresar al fin al departamento, y después de bañarse, ambos se pusieron a hacer el desayuno, mientras Kenma cocinaba huevos estrellados y jamón, Rei hacia smoothies, vegetales al vapor y panes tostados. Con el desayuno listo, ambos se dirigieron a la mesilla en la sala, donde se sentaron sobre cojines en el suelo, frente a la televisión, escogieron algo para ver y comenzaron a comer.
Con un nudo en la garganta por los nervios y un pedazo de jamón en la boca, Kenma se armó de valor, tragó la comida y abrió la boca.

- Sabes Rei... He estado pensando mucho últimamente que... Bueno. -la mirada atenta de su novia lo puso aún más nervioso, pero no dejó de hablar- quiero decir, llevamos saliendo cuatro años, y viviendo juntos dos y medio.

Rei sospechaba a donde quería llegar, pero la emoción de escucharlo lo dejó terminar.

- Quiero decir... ¿Te gustaría vivir conmigo?
- Kenma... Vivimos juntos.
- ¡Lo sé, no me refería a...! Ugh...-con una profunda inhalación, y sacando una cajita del bolsillo de su pantalonera que había tomado después del baño y prosiguió- Ichigo Rei... Eres la persona más extraña de la cual me pude enamorar, eres creativa, inteligente, atlética y con los hoyuelos más lindos que he visto en mi vida, aun así no me alcanzan las palabras para describir todo lo que veo y siento por ti.

Fue entonces que le deslizó la cajita con suavidad por la mesa.

- ¿Te casarías conmigo?

El chico tenía la mirada baja, pero subió rápidamente los ojos cuando escuchó la sonora carcajada de la castaña, y viéndolo con una amplia sonrisa, le respondió.

- Cuando acepté el vivir contigo, creí que ya venía implícita la pregunta, pero si para ti no venía implícita la respuesta te la voy a repetir.-tomándolo de las mejillas y susurrando su respuesta frente a sus labios dijo- claro que si.

Así pues, cortando la distancia, juntaron sus labios en un suave, cálido y emocionado beso.

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Hellooo! Todavía queda una semana para que participen en el giveaway, la participación es en el capítulo anterior uwu.
Ya estamos ahora si a una nada de acabar por completo está historia, tengo un par más en mente, aunque quizás antes de publicarlas me de una o dos semanas de descanso para poder volver con todo. Espero les haya gustado el capitulo de hoy, si fue así, denle a la estrellita y comenten!
Hasta el jueves! Les quiero!

Atte: Gylfie

Atte: Anónima Donde viven las historias. Descúbrelo ahora