Descubriendo A Anónima 19

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No había forma de negarlo, Kenma había descubierto que Rei era Anónima de la peor manera posible. Después de ello, dejó de visitarla en el hospital, y acordó con Kuroo no decirle nada a la chica. El muchacho se sentía totalmente abrumado, pero se negó a que sus emociones salieran a flote. Fue por ello que dejó de ir a verla, y fue por ello que una semana después, verla en el salón de clase, sentada en su lugar habitual con los moratones desvaneciéndose en su rostro pero aún así sonriendo a sus compañeros rodeándola y bombardeandola de preguntas lo hizo bloquearse. Ella al verlo quiso salir corriendo a abrazarlo, pero la confusión dentro de Kenma hizo que sólo le diera una extraña sonrisa antes de apartar la mirada e irse a su asiento.
Ahora era completamente consciente de lo que estaba haciendo, pero a la vez no podía evitarlo, no ahora que sabía la verdad. No podía evitarla, no de nuevo, pero tampoco podía dejar que sus sentimientos se apoderaran de él antes de el mismo saber lo que estaba sintiendo. Poniendo una barrera entre su corazón y su mente, se dispuso a llevar con la mayor normalidad posible su relación con Rei. Hablaba con ella en los trabajos y los descansos y esperaba a que llegaran por ella antes de sus entrenamientos, pues la chica le explicó que la habían exentado de los entrenamientos. Se notaba que ahora sus padres le estaban dando un alto cuidado a su seguridad, cosa que no parecía agradarle del todo a la chica.
Pasando los días, intentaba llevarse con toda la naturalidad posible, pero había algo que lo inquietaba. A pesar de que las magulladuras de la chica iban desapareciendo y la herida de su ceja estaba ya cicatrizando, se veía triste, se la pasaba sonriendo y bromeando, incluso más de lo habitual, pero sus ojos no mentían. Su mirada se veía apagada, perdida. No fue hasta el sábado en que supo lo que la aquejaba.

El entrenamiento estaba siendo igual de cansado que siempre, pero al menos había podido recuperar su concentración, por lo cual no se alargó la práctica aún más. A Kenma le dolían las piernas, pues les había estado tocando ir al gimnasio a ejercitar, así que el terminar de trapear el piso fue un tremendo alivio para el chico. Esperó a que Kuroo terminara de guardar la red junto a Kai para tomar su maleta y salir del gimnasio.
Su corazón le dio un vuelco al ver a Rei frente a las escaleras del gimnasio. Iba en una sudadera menta y unos mom jeans. Llevaba el cabello suelto, y un mechón le caía por la frente. Cuando una suave brisa sopló, ella levantó la cabeza y vio a Kenma directamente a los ojos, sus ojeras habían empeorado, y los ojos se le veían inyectados en sangre.
Aún así, se las arregló para sonreirle al muchacho.
Sintió una palmada en la espalda por parte de Kuroo antes de ver a su amigo guiñarle e irse a los vestidores.
El rubio se acercó entonces a la chica.

   — Hey, ¿Que estas haciendo por aquí? ¿Viniste tu sola?—no lo planeaba, pero la última pregunta le había salido con más preocupación de la que pretendía.
   — Mi padre me trajo, le dije que íbamos a salir a dar una vuelta, Dani tuvo que recogerme en la entrada para verificar que todo estuviera en orden.—explicó Rei.
   — Un momento, ¿Íbamos a salir tu y yo?—dijo Kenma un poco alarmado de haber olvidado aquello.
   — No realmente, sólo quería poder salir de la casa libremente, necesitaba un poco de aire.

Otra brisa desacomodó el cabello de la chica, así que sacó una scrunchie del color de su sudadera y se sujetó el cabello en una floja coleta baja.

   — ¿A donde te gustaría ir?

Rei abrió mucho los ojos y se quedó viendo a Kenma con sorpresa.

   — ¿Como dices que dijiste?
   — Pues eso, querías un poco de aire así que... ¿A donde te gustaría ir?—preguntó nuevamente el muchacho.
   — ¿Alguna sugerencia?
   — Abrieron un pequeño café cerca de mi casa, podríamos pasar por uno y luego ver una película en mi laptop, ¿Que te parece?
   — ¿Kuroo no viene con nosotros?
   — Nah, tenía que ir a conseguir unas cuantas cosas, además, me gustaría poder pasar otra tarde a solas contigo.—mencionó el chico, a sabiendas de que Kuroo no le había guiñando por nada— ¿Entonces, que dices?
   — Te sigo.

°~°~°~°~°~°~°~

Helloooo! Esta historia está llegando a su fin, y no podría sentirme más emocionada y triste a la vez. Espero les haya gustado el capitulo de hoy, si fue así denle a la estrellita y comenten!
Hasta el jueves!

Atte: Gylfie

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