Descubriendo a Anónima 3

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Las clases iban algo lentas para Kenma, puesto que solo estaban haciendo ejercicios de repaso antes de los exámenes. No le parecía que matemáticas fuera una de sus materias favoritas (en realidad, no consideraba que tuviera una materia preferida), pero le resultaba relativamente sencillo, así que aprovechaba constantemente los tiempos muertos cuando terminaba rápidamente jugando en su celular o su psp. Estaba a punto de sacar la pequeña consola, cuando escuchó una conversación más adelante, era su maestra con su compañera Ichigo, la castaña parecía al borde del llanto, lo cuál le provocó un nudo en el estómago. "Deberías de dejar de meterte en asuntos que no son tuyos" pensó para sí, pero aún así, no pudo evitar escuchar.

   — Lo siento mucho Ichigo, se que eres una gran estudiante en las otras materias, pero no por ello puedo ponerte mayor calificación—dijo su maestra con calma, casi con lástima.
   — Lo sé, pero si no logro subir la calificación no podré participar en el Interescolar, por favor, sabe cuánto me esfuerzo en la materia, no se porque no puedo hacerlo bien.—Ichigo la miraba con ojos suplicantes, incluso le temblaba un poco la boca—. Por favor maestra, deme esta oportunidad, en verdad lo necesito.

La maestra la miraba profundamente, después cerró los ojos, suspiró pesadamente y empezó a garabatear algo en su libreta.
Después volvió a ver firmemente a Ichigo.

   — Bien, será un examen de créditos, el próximo sábado, tienes una semana y media para estudiar al máximo los últimos tres temas y sacar una mínima de 75/100.—los ojos de la chica se iluminaron—. No podré darte asesorías, tendrás que hacerlo por tu cuenta.
   — Lo haré maestra, no la decepcionaré, ya verá.—se veía que derramaba emoción por los poros, pero de una u otra forma se mantenía en calma.

Regresó a su asiento y bajó su cabeza. Kenma había notado que no tenía amistades en aquel salón, todas su amigas se encontraban en los cursos generales, y por obra del destino, ese año Rei había acabado en la clase avanzada. A pesar de claramente tener dificultades para las matemáticas. "Quizás podrías ofrecerle ayuda" dijo una vocesilla en su cabeza, pero automáticamente se contestó "o podrías dejar de meterte en cosas que no te importan". No tenía tiempo para esa clase de cosas...

Llegado en descanso, esperó a Kuroo en el salón. El chico de tercero llegó poco después del timbre, con un par de bollos para ambos.
Estaban hablando sobre un torneo de práctica con el Fukurodani nuevamente, cuando Kenma se distrajo de la conversación. Ichigo no se había ido del salón, se había quedado leyendo los problemas matemáticos, tratando de resolverlos, mientras comía el almuerzo más grande que había visto comer a nadie.

   — Eh, ¿Estás poniendo atención?—Kuroo lo sacó de su burbuja de ensoñación.
   — No realmente, lo siento.—se disculpó.

Antes de que su amigo siguiera hablando, una figura se les acercó. No pudo con la curiosidad al ver a su compañera sonrojada frente a ellos, viendo a su amigo.

   — Kuroo, necesito tu ayuda.—"¿Kuroo? ¿Desde cuándo se conocían para tener esa confianza?"—. Se que estas en una clase avanzada, y que eres uno de los mejores promedios en matemáticas.
   — ¿Eh, quieres asesorías?—Kuroo sonrió burlón y coqueto, nada fuera de lo común. Pero la chica se mantuvo con una expresión sería, con nada más que sus mejillas sonrosadas delatando su vergüenza—. ¿A cambio de que?
   — Te pagaré, tengo dinero, una buena cantidad ahorrada.—dijo con seguridad—. Si me das asesorías toda esta semana hasta el próximo sábado, será todo tuyo. Ni siquiera tiene que ser diario, puede ser un día si y un día no, y me puedo acoplar a tu entrenamiento, puede ser antes de la escuela, en el descanso, cuando sea. Ni siquiera tiene que ser mucho tiempo, me conformaré con treinta minutos.

Kuroo parecía disfrutar la situación, recargó su barbilla en su mano, sin quitar sus ojos de la chica. Kenma sólo veía en silencio aquella extraña situación, sintiendo lástima hasta cierto punto por su compañera.

   — Me parece una oferta tentadora, pero no se a que cantidad te refieras con "una buena cantidad ahorrada".—sonrió ladinamente—. Así que, Ichigo Rei, ¿De cuanto dinero estamos hablando exactamente?

Rei levantó la barbilla con orgullo, y respondió secamente.

   — $600 dólares.—Kuroo dejó de sonreír—. Son ¥63756.60 Yenes.
   — Se cuanto son $600 dólares.—se recargó en el respaldo de su asiento—. ¿Cómo conseguiste tanto dinero? Y más importante aún, ¿Para qué lo ahorrabas?

Rei frunció los labios, pero respondió.

   — He estado trabajando en vacaciones y un poco en periodo escolar, trabajos pequeños o sencillos, pero que suman poco a poco. Lo estaba ahorrando para poder costear mi equipo.

"¿Equipo? ¿Que equipo?" Pensó Kenma.

   — Dame $100, te ayudaré.—contestó Kuroo ya más serio—. Serán después de mis entrenamientos, a menos que te diga que nos veamos mucho antes de clases, ¿De acuerdo? Dame tu celular, pásame los temas que debes ver y empezaremos mañana.

Los ojos de Rei se cristalizaron, pero no soltaron lágrimas.

   — Gracias Kuroo.

La chica sólo se fue a sentar hasta que intercambiaron números. Kenma miraba expectante a su amigo.

   — ¿Qué? Soy un alma caritativa, y probablemente tiene problemas para costear su equipo de entrenamiento.

Y como llegó la conversación, también se fue.

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Hellooo! Día de actualización, wuuuu! Últimamente he estado acomodando ideas sobre cómo va a acabar esta historia, pero no se preocupen, todavía falta para que eso pase. Si les gustó el capítulo de hoy denle a la estrellita y comenten uwu. Hasta el jueves!

Atte: Gylfie

Atte: Anónima Donde viven las historias. Descúbrelo ahora