Descubriendo a Anónima 9

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Durante ya varios días, Rei había estado al borde del llanto. Hasta aquella mañana que se levantó y vio que le había bajado se dijo a si misma "Pues claro, ya sabía yo que no era tan débil". Aún así, después de bañarse, se aseguró de tomar un par de analgésicos, y echó la cajita directamente en su mochila.

A pesar de ello, Rei no pudo concentrarse mucho en clase, pues aunque tomara analgésicos dignos para dormir a un caballo, sus cólicos eran despiadados. Era como si estuviese drogada mientras le apuñalaban el vientre.
A un par de bancas de distancia, un chico rubio miraba de soslayo la pálida cara de la chica, pero negándose a darle importancia.
Pasaban los minutos de clases, y Kenma escuchaba la respiración de la chica cada vez más pesada, mirando discretamente sobre su hombro, notó como la castaña se cubría la cara con ambas manos, y un par de lágrimas escapaban de sus manos hacia la banca.
En el descanso, por más que intentara concentrarse en su videojuego o lo que estuviera diciendo Kuroo, no debaja de notar el rostro compungido de Rei, y el hecho de que ya había tomado varias pastillas en lo poco que llevaba el día.
No fue sino hasta la mitad del segundo periodo en que las alarmas se dispararon en la cabeza del chico. Vio a Rei arrastrar los pies hasta el escritorio del profesor, con un color amarillento en el rostro, decirle algo y después salir del aula con la misma aura enfermiza.
Pasaron los minutos y Rei seguía fuera. Kenma se dio cuenta de su ansiedad al no poder dejar de golpetear el pupitre con el bolígrafo. Casi al terminar la clase, la puerta se abrió, pero no era Rei, sino su amiga. La pelinegra pasó a donde el profesor, intercambio un par de palabras con el profesor y después pasó directamente al lugar de Rei, recogiendo la lapicera y los cuadernos. Tomó la mochila y abandonó el salón, dejando un espacio vacío mucho antes de la campana de salida.

Terminando las clases, Kuroo lo esperaba fuera del salón para ir juntos a la práctica. Así pues, después de cambiarse de ropa se dirigieron al gimnasio, y apenas cruzar la puerta, escuchó su nombre.

   — ¡Kenma senpai!—Inuoka se acercó corriendo hacía él— ¿Cómo se encuentra su amiga?
   — ¿Mi... amiga?—Kenma tardó un momento en saber a quien se refería— ¿Rei?
   — No estoy seguro de su nombre, pero es castaña, atlética, y muy muy guapa.—explicó Inuoka— ¿Cómo sigue?
   — No lo sé, ¿Porque la pregunta?
   — Es que iba de regreso de los baños a mi clase, cuando escuché a alguien llorar en el baño de las chicas, y casi inmediatamente llegó una chica pelinegra con lentes, y me pidió ayuda para cargar a su amiga, se veía bastante mal, incluso vino una ambulancia por ella.—contó con un rostro compungido— y, ya que es su amiga, creí que sabría algo, me dejó bastante preocupado.
   — Lo siento, no tengo idea de como sigue, ni siquiera sabía que había pasado eso...—dijo Kenma casi en un susurro, Kuroo notó su preocupación.
   — Si se la llevó una ambulancia, ahora mismo está en buenas manos.—dijo Kuroo con aire apaciguador— Ahora, a entrenar, si mañana regresa a la escuela ya tendrán tiempo de preguntarle.

Sin darles más oportunidad de seguir con su preocupación, los arrastró hacía la cancha y los puso a colocar la red.
Al día siguiente, Kenma se quedó con la inquietud en su mente al no ver a su compañera en clase, así que no tuvo más opción que ser paciente al siguiente día.

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Hello! Por fin llegó el jueves! Muchísimas gracias a todas las personitas que me felicitaron uwu, luv u so much. Espero les haya gustado el capitulo de hoy! Si fue así, denle a la estrellita y comenten uwu.
Hasta el domingo!

Atte: Gylfie

P. D. Tienen alguna idea de como pueda suceder la revelación?

Atte: Anónima Donde viven las historias. Descúbrelo ahora