~ Dirás que es raro lo que me pasó ~
Pero anoche te encontré en mis sueños
Y
Algo hermoso en mi floreció...
Cuando miré aquella luz, por la cual tuve que guiar a muchas almas perdidas, en este plano añ...
La tenue luz de la luna iluminaba su silueta mientras se llenaba el estómago con alcohol. El debería ser la voz de la razón pero ahora el estaba exausto. Escucho un par de pasos detrás suyo no tenía que ser un genio pera saber quién era.
- No deberíamos estar en la camioneta del párroco justo ahora- su voz era al ronca y arrastraba las palabras.
- Nada más dime cuándo, ya sabes que soy tu fiel servidor, pero yo esperaría a que se te baje tantito lo borracho.
- «hip»Aquíen le dices borracho.
Hiro intento levantarse con la intención de golpearle pero el alcohol le hizo una mala jugada obligando a sentarse de nuevo.
- ves, no puedes ni levantarte si te llevo así capas y nos cae la santa inquisición.
Sin duda el chino estaba más para allá que pa'acá.
- No se de qué mierda me estás hablando, yo no estoy borracho.
'Me pregunto dónde ya he visto esto' pensó el moreno intentando mantener la compostura ante los intentos fallidos de levantarse. 'Así en las típica escena de Marco después de una peda familiar'. Le ofreció la mano para que su compañero mantuviera su dignidad. - No, no yo puedo- expresó con molestia dándole un manotazo.
- Hay, está bien como tú quieras- expresó sobando su mano' que delicado'.
Después de un rato el nipon se paró torpemente: - Sabes algo Miguel eres «hip»eres muy molesto y «hip» no te soporto. Siempre estás sonriendo a todos como idiota o con una actitud tan positiva que me exaspera.
- soy exasperante o un idiota decídete Hamada.
- No «hip» me gusta el que me interrumpan, sabes si pensé que eras idiota y luego lo decifre- tomo aire y se acerco para quedar frente a el: - Ese es tu acto.
- ¿Que te hace pensar eso?- pregunta Miguel con curiosidad.
Hiro tomo su rostro con sus manos para enlazar sus miradas: - Lo haces para ocultar tu dolor, tú llevas algo que es como una roca en tu pecho una carga- sus rostros estaban tan cerca que el latino podía degustar el alcohol en su alimento- igual que Yo- expresó en un susurro inaudible.
- Y eso me...me«Bluagh». Hiro vómito sobre el, gracias a dios que lo vio venir y los únicos heridos fueron sus botas. Miguel suspiro resignado.
- Lo siento. Dijo el nipon.
Miguel sonrió un poco- Sin duda eres todo un caso- lo cargo en forma nuncial apresar de las quejas y golpes del contrario con tal de que lo bajará.
- Miguel se te olvidó mi mochila con un caraj...
- si, si tranquilo en un rato la traigo.
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