Limerence

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"Cuando menos lo esperamos el destino nos pone al lado la persona de quién nos enamoramos"
°°°

El alba comenzaba marcando el inicio de un nuevo día y con su llegada Miguel abrió los ojos queriendo levantarse pero algo se lo impedía, entonces volteo notando a un nipon aferrado a el, los rayos de luz iluminaban su pálida piel dándole un toque tierno. No sabe cuánto tiempo se quedo observandole como idiota hasta que de forma involuntaria su mano comenzó a tocar sus despeinadas hebras hasta que llegó a su rostro; es increíble como el sueño puede transformar a una persona a la más gruñona a la cosita más adorable del mundo, pensaba mientras su mano tocaba levemente su mejilla no fue hasta notó que estaba acariciando sus labios. Pero su cara se volvió de horror cuando sintió su piel fría intento sacudirle parecía más un muerto, el por su lado parecía empezar a sofocarse noto como las paredes de la cueva se acercaban hacia el aprisionandolé entonces sintió como la tierra se partía dejándole caer al vacío.

Despertó de golpe al sentir como Hiro lo abrazaba fuertemente. Tomo su mano estaba tibia y su respiración era tranquila. Miguel suspiro aliviado; Intentando soltarse de su agarré de la forma más sigilosa posible para que Hiro no despertará.

Dió gracias al cielo por qué solo fue una pesadilla, mientras lo miraba sin querer sintió como su corazón dió un brincó sacudió un poco su cabeza y comenzó a meditar. |Por qué estaba haciendo aquello, Hiro solo es una persona a la que tenía que ayudar lo más cercano que ellos dos podían llegar a ser serían amigos. Después de todo de el dependía su futuro no es así?| Digo dentro si fijando su vista en el cielo dándose cuenta de algo.

•••

El nipon abrió los ojos sintiendo un dolor de espalda terrible, al parecer el dormir en el suelo le dejo algunas secuelas.

- Miguel ya has visto a alguien- cuestionó a su acompañante que tenía la visita perdida hacia el horizonte. - Miguel te encuentras bien- volvió a preguntar.

- El sol...- respondió en un susurro.

- Que pasa con el sol- admite el japonés.

- Está mal, se supone que el campamento está al Este. Y si nosotros fuimos arrastrados por la corriente del Oeste deberíamos caminar siguiendo al sol.

- entiendo pero por qué dices que el sol está mal.

Miguel señala el sitio donde habían Sido arrastrados y nota que estaba en la ruta donde salía el sol.

- Pero esto no es posible, por qué el sol no puede estar mal a menos que...Miguel supongo que nuestros amigos nos encontrarán por qué.

- Ya ni siquiera estamos cerca del campamento en Muir -termino de decir Miguel.

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Between Shadows- HiguelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora