Capítulo 7. La leyenda de la creación de los mates.

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Narrador Celestial:

¡Qué sería de la vida sin las historias! De hecho. En la antigüedad las nuevas generaciones aprendían a base de las historias que contaban los ancianos. Yo no soy un anciano, pero sí sé muchas cosas sobre el mundo de los hombres lobos (en realidad de todos los mundos).

Y hoy, estamos aquí reunidos en este capítulo para conocer quizás la leyenda más importante para esta especie. No hablo de otra que no sea: La Leyenda de la creación de los mates, una historia contada por las madres a los niños desde que son pequeños.

Por lo que resta de este capítulo tomaré el lugar de esas madres, preocupadas por que sus hijos puedan encontrar a sus Mates. Serán adaptados por mí para formar parte de mi manada, la manada del Narrador Celestial.

Muy bien niñas y niños, tomen asiento en un lugar cómodo: su cama, la el sillón de la sala, el asiento del metro o bus (si es que están en la calle). Traigan algo para comer, algo para beber y una mantita porque esta historia los mantendrá al borde de sus camas.

Hacía muchos siglos en la época de los Vikingos, a las orillas de un gran lago, existían dos aldeas enemigas. En el lado Norte de dicho lago; se encontraba Sigurdland; tierra famosa por el heredero al trono, el Príncipe Axe y la bendición que la Diosa Máni le había regalado al nacer.

El Príncipe, era capaz de transformarse en una hermosa bestia blanca a la hora del combate y terminar con sus enemigos sin problemas. De ahí venía su apodo: Axe, Bestia de la Luna. Gracias al don del príncipe Sigurdland era la aldea menos ataca de la región.

Por otra parte, en el lado Sur del lago estaba Haraldland, tierra conocida por estar repleta de extraordinarios saqueadores y buenos navegantes. Además la heredera al trono era muy conocida por su destreza con el hacha.

Un hacha que había sido forjada en Fólkvangr por los mejores guerreros caídos en combate. El Hacha era un regalo de la Diosa Freya para la princesa Valkiria; quien estaba destinada a proteger su aldea.

A pesar de todo lo que acabo de mencionar, Haraldland era la tierra que mayor territorio ocupaba en aquel lago, cosa que disgustaba profundamente al Rey Sigurd. Gracias a sus celos, los dos reinos se vieron sumergidos en una implacable guerra.

La primera parte del conflicto duró desde el inicio de la primavera hasta mediados del verano. En donde el único resultado, fue la pérdida de cientos y cientos de gurreros, que solo traería problemas a largo plazo.

El rey Sigurd, estaba empeñado en conquistar al menos la mitad de Haraldland, ya que con esto ganaría pasos comerciales con el mundo. Pero el Rey Harald jamás permitiría que le quitaran ni un solo centímetro cuadrado de su territorio, por lo que la guerra, se extendió hasta finales de otoño.

Por decisión de los dioses desde Asgard, el Príncipe Axe y la Princesa Valquiria se encontraron en terreno bélico. Se podría decir que la conexión entre ellos se dio de manera inmediata, fue algo nunca antes visto o vivido por alguien en aquellas tierras.

Cuando se miraron por primera vez, el ambiente se embriago de un aroma delicioso a vino (aunque solo ellos podían percibirlo), era como si sus corazones y respiraciones comenzaran a latir en sincronía y se volvieran uno mismo. En ese momento solo existían ellos dos.

Todos los guerreros presentes en aquel combate pudieron notar las miradas entre ambos príncipes, era como si de sus ojos brotara alguna clase de chispa enceguecedora. Algunos incluso dijeron que aquel destello que irradiaba Axe y Valquiria era un regalo del dios Frey (dios del sol, la lluvia y fertilidad).

Los vikingos detuvieron el combate por primera vez para ver a los monarcas de sus naciones. Nadie más fue capaz de seguir con la matanza; porque por un instante dejaron de percibirse como enemigos a muerte y se sintieron como espectadores de una leyenda.

Secretos de Alfas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora