Me dirigía hacia Starbucks como hacía cada mañana para pedir una taza de café con mi nombre. Normalmente, no tenía tiempo para quedarme a tomarlo allí mismo, por lo que solía encargarlo para llevar. Sin embargo, la chica que me atendía, casualmente solía ser la misma de siempre la mayor parte de las veces; Alta, pelo teñido de un fucsia claro tirando a rosa, maquillada, presumida pero bonita. Ambas nos dedicábamos cada mañana una sonrisa. A veces, me preguntaba qué estaría haciendo alguien como ella trabajando en una cafetería como esta.