Kevin huye de un amor no correspondido. Él ya no cree en el amor. Se alejará de su dolor y se embarcará en una aventura que durará treinta días en medio del océano Atlántico, pero eso no era todo, la vida le tenía una sorpresa guardada y no se dio cuenta de ella hasta que se vio caminar por la fina línea que separa la cordura de la locura. Ella es Anaís... Anaís no le queda nadie después de la muerte de su padre. Está rota, le cuesta respirar como si estuviera en una carrera de obstáculos y su cuerpo no podía más hasta que aquella mañana lo vio a él. A Kevin.