Tras la muerte de su abuela, en la lectura del testamento había una cláusula que estipulaba que Natalia no podía cobrar la herencia sin estar casada. Eso no supuso ningún problema para la presidenta de Lacunza Music, pues había encontrado al amor de su vida y con ella iba a dar el paso más importante de su vida. Además, en el testamento había un determinado plazo en el que Natalia debía estar casada y no separarse en menos de seis meses. Tras quedarse sin salidas, Natalia decidirá unir su vida a la de una joven cartera, Alba Reche, que, contra todo pronóstico luchará por devolverle la ilusión a la empresaria.