Cuando Rin no pudo seguir jugando en Blue Lock debido a su lección, abandono toda esperanza de convertirse en el mejor delantero de Japón, sus sueños habían sido apagados. Sin nada en mente, se fue de Japón, aún con solo 18 años, sus padres se lo permitieron, así que, se fue a vivir al pequeño pueblo de Forks, dónde nadie lo reconocería y encontraria. Aunque no llego a pensar que un cobrizo de orbes dorados le pondría su vida de patas arribas y le haria ver colores en su mundo gris. -Te amo. -Te amo angel.