Un hechizo peligroso

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Estos días habían sido caóticos, recién habíamos descubierto donde podía estar el maldito brujo, que había puesto nuestro mundo de cabeza, cuando la locura se había desatado en mi manada, estaba durmiendo con mi moreno, cuando sentimos un grito, con rapidez nos pusimos de pie y nos dimos cuenta que todos los hombres habían perdido la cordura, estaban violando a sus parejas de manera brutal, estos estaban muy maltratados y yo simplemente, no entendía cómo podían lastimar a tal punto a su mate.

Por suerte Gulf había podido sellar los cuartos de todos, impidiendo que mis amigos pudieran salir a lastimar a sus destinados, como siempre mi moreno salvó el día, ya que, pudo revertir el hechizo, quería correr a besarlo y agradecerle todo, pero debía tranquilizar a mi alfa, que estaba recién empezando a deshacerse de la magia que tenía su cuerpo.

-No lo puedo creer Mew, dijo Max con lágrimas en sus ojos -Por poco y mato a Tul y a mi cachorro.

-Tranquilo, por suerte todo está bien, dije tomando su hombro, para que se tranquilizara.

-Gulf llegó en el momento preciso, dijo tomando la mano de un dormido Tul -Te juro que mi mente estaba nublada, no veía nada fuera del enorme placer que sentía y de las enormes ganas de penetrarlo que me embargaba.

-Fue un hechizo muy fuerte, dije sintiendo escalofríos, al pensar que yo podía haber lastimado así a Gulf -Descubrimos que fue el agua, que nos dieron después de la corrida, la que contenía el hechizo.

-Maldito Bright, juro que arrancaré su cabeza con mis dientes, dijo apretando sus puños - ¿Tuvimos alguna baja, que lamentar?

-Por suerte no, dije suspirando, de pronto vimos como Tul despertaba, al ver a Max el temor se posó en sus ojos, pero desapareció cuando descubrió que el hechizo se había ido, mi alfa con rapidez lo abrazó y entre lágrimas pedía perdón.

De pronto ese aroma dulce, que tanto amaba inundó mi nariz, con rapidez me di vuelta y cogí a mi pareja en brazos, su calor me abrazó de forma placentera, cuando me separé para besarlo, vi algo que llamó mi atención, su ojo que antes era de un hermoso dorado, se encontraba completamente negro, con un pequeño circulo plateado en el centro, justo cuando le iba a preguntar a que se debía, como si leyera mi mente me contó.

-Es por el hechizo, no te preocupes, estoy bien, dijo besándome, esperaba que volviera a la normalidad, ya que, no me gustaba verlo así.

Después de conversar un tiempo con mi alfa y luna, nos fuimos a descansar, cerca de las cinco de la mañana, desperté sudado y con el corazón en la boca, había tenido una pesadilla horrible, mi Gulf estaba sin vida entre mis brazos, me giré y con tranquilidad vi como dormía plácidamente, estaba de estómago y con una mano bajo la almohada.

-Bello, y mío, dijo Scar en mi cabeza -Debes cuidarlo, siento que algo malo está a nuestra espalda.

-Lo sé, dije cambiándolo de posición y apegándolo a mi pecho, su exquisito olor estaba rodeado de un leve olor agrío, el cual no lograba identificar, pensando en aquello me volví a quedar dormido.

Desperté con un exquisito olor a café, cuando abrí los ojos Gulf sonreía.

-Hola dormilón, dijo bebiendo de una gran taza -Me dio pena despertarte.

-Eso huele exquisito amor, dije acercándome a sus labios -Sabe aún mejor en tus labios.

-Tengo tortitas, dijo sonriendo -Con miel y chocolate.

-Gracias, dije mirándolo con amor.

-Oh no, las hizo la cocinera no yo, dijo riendo mientras me pasaba un vaso de jugo.

Luna de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora