A tu lado

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-Vamos Esme, dije tomando a mi niña de tres años de edad, ella era la criatura mas hermosa que habitaba la tierra, tenía unos ojos expresivos y grandes, iguales a los míos, pero tan brillantes como los de Gulf, de hecho, mi princesa era igual a mí, pero con rasgos mas suaves, su carita era redonda, tierna y tenía los hermosos labios de su mami.

Con diversión la vi correr a mis brazos, sus cabellos largos y castaños volaban por los aires y sus piernitas apenas tocaban el suelo, definitivamente era una niña muy ágil y activa para su edad, cuando la levanté, dio un pequeño gritito y de inmediato escondió su cara en mi cuello, restregándose contra mi piel, haciendo que una sonrisa boba invadiera mi cara.

-Vamos por mami, dije llevándola al auto y sentándola en su silla para niños, cuando estuvo asegurada, besé su frente y nos puse en marcha, a los 40 minutos, llegamos al aquelarre, donde Gulf entrenaba a los neófitos, cuando nuestra bebé cumplió los dos años, volvió a su trabajo en la mansión de los vampiros, así que venía tres veces a la semana a su ex casa.

Esme no se sentía del todo cómoda entre vampiros, siempre que veníamos estaba muy pegada a nosotros y gruñía cuando alguien se acercaba mucho a su espacio personal, aun recuerdo que la primera vez que se convirtió en lobo, fue en el jardín trasero de esta mansión, estábamos teniendo una tarde agradable, cuando un vampiro de los que entrenaba Gulf, se acercó mucho a él, cuando tocó sus brazos, mi hija enojada corrió a separarlo de su mami y después de gruñirle se transformó, con solo 2 años, fue el lobo más joven en poder cambiar, llenándome nuevamente de orgullo.

Llegamos a la sala de entrenamiento y apenas Kao nos vio, sonrió abriendo sus brazos para mi pequeña, la cual se soltó de mi mano y feliz se refugió en ellos, su tío abuelo, era el único vampiro que ella amaba, obvio además de su mami.

-Mi hermosa Esme, dijo besando sus mejillas - ¿Cómo creciste tanto?

- ¿Cómo estás Kao?, dije sentándome a su lado, mientras miraba a mi moreno, con sólo un short en el centro del gimnasio, su cuerpo tonificado estaba sudado y se veía malditamente apetecible, tratando de evitar mi inminente erección, miré al vampiro a mi lado, que con dulzura acariciaba a mi hija.

-Bien, aunque un poco cansado de tanta burocracia, siento que no puedo con todos estos ancianos seniles, dijo suspirando y haciendo una cara graciosa, que la pequeña no dudo en imitar.

- ¿Podrás convertirlo?, dije con preocupación, Kao había encontrado a su alma gemela hace casi un año, sin embargo, era un humano, por política del consejo de sabios, la conversión de humanos estaba prohibida, así que se había pasado los últimos meses, tratando de convencerlos, lamentablemente sin resultado alguno.

-El próximo domingo, tendré una respuesta, dijo mordiendo su labio -Pero no se ve muy auspicioso.

- ¿Qué harás si te dicen que no?, dije preocupado por la situación, llevábamos un poco mas de tres años de paz, así que este conflicto, nos tenía a todos muy pendientes.

-Resignarme, tengo a 1200 hombres bajo mi mano, por ellos no puedo flaquear, dijo con tristeza.

-Siempre podemos acabar con ese consejo de ancianos, dijo la voz suave pero segura de mi moreno -Dame la orden y mañana no despertaran.

- ¿Quieres otra guerra?, dijo pasándole una toalla para que se secara el sudor, cosa que hizo de inmediato, cuando terminó, tomó a mi pequeña y la besó con cariño.

- ¿Qué guerra?, ¿crees que a alguien le importa ese montón de huesos soberbios e inútiles?, dijo arreglando los moñitos de mi bebé -Le haríamos un favor a todos los vampiros del mundo.

Luna de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora