Un ataque rastrero

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Llevábamos dos semanas entrenado y los resultados eran muy buenos, todos se complementaban de manera fabulosa, parecía mentira que, al comenzar esta misión, con suerte hablaran, con cuidado tomé a un niño de dos años que caminaba, por donde los chicos estaban entrenando, lo coloqué en mi cadera y seguí dando órdenes.

-Podemos mezclar el fuego mágico, con la batalla cuerpo a cuerpo, dije haciéndole caras al niño, que sonreía con alegría -Debemos estar muy coordinados, porque las llamas pueden lastimarnos profundamente.

-Han avanzado rápido, dijo Tul acercándose a mí, su barriga ya se notaba dándole un aspecto muy tierno, pese a que era un hombre, se veía muy lindo estando en cinta.

-Eran muy buenos antes de esto, dije viendo cómo los chicos seguían concentrados entrenando.

-Pero ahora son mejores, dijo tomando la manita del pequeño que reía con fuerza -Te ves muy bien con uno en brazos.

-En especial, por que no es mío, dije entregándole al pequeño a su madre que avergonzaba me pedía disculpa por la interrupción - ¿Cómo va tu embarazo?

-De maravillas, aunque los antojos tienen a Maxiin con estrés, dijo riendo -Va a ser un padre genial.

-No se ha visto últimamente por aquí, dije evitando preguntar lo que quería, en ese momento miré a quienes entrenaban y les seguí hablando -Recuerden que ustedes deben proteger a los brujos, ellos no son buenos en pelea cuerpo a cuerpo.

-Con Mew, están viendo un refugio para todos, dijo dándome de paso la información buscada -Hoy deben llegar.

-Pregunta lo que quieres preguntar, dije viendo como estaba atragantado por hablar.

- ¿Qué paso contigo y Mew?, dijo avergonzado -El día en que se fue, ni siquiera lo miraste.

-Diferencia de opiniones, dije suspirando -Él quiere que deje todo y me venga a vivir aquí.

-Pero es lo lógico, tú eres su mate, dijo sentándose a la sombra - ¿No deseas estar con él?

-Me gusta mucho, no puedo mentir, dije sentándome a su lado -Pero no volveré a dejar mi vida de lado por alguien.

- ¿Cuál es tu historia?, dijo con ternura, acariciando su vientre - ¿Quién te dejó así de mal?

-Jajajaja, deberías ser psicólogo, dije viendo su curiosidad a flor de piel, de pronto miré a quienes entrenaba y les hablé -Descansen, es hora de que vayan a almorzar, nos veremos en 2 horas más.

-Cuéntame, te juro que no le diré a nadie, dijo como si fuera un niño.

-Bright fue mi primer amor, dije afirmando mi espalda en el pasto -Él fue el primer hombre que me miró como persona, que me encontró guapo y que sin importar mi sangre y naturaleza, me valoró.

- ¿Cómo es?, dijo acostándose a mi lado.

-Alto, delgado, tenía una piel suave, tersa y su sonrisa era capaz de iluminar el día más oscuro, dije recordando al mago -Era bromista, tierno y extremadamente sensual, pero eran sus ojos lo que hacían que tuviera a todas las mujeres y hombres a sus pies.

-Me encantaría verlo, dijo de manera divertida.

-Sus manos eran cálidas y sus brazos protectores, nunca me había sentido tan protegido como cuando él me abrazaba, dije sintiendo las lágrimas golpear mis ojos -Y cuando me hacía el amor, todo el mundo desaparecía.

Luna de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora