Todo había dado un giro de 360° de un momento a otro. De ser una chica huérfana adoptada por un buen hombre en Jakku, pero sin pistas de su pasado, había pasado a tener a su mamá a su lado, a descubrir que tenía un hermano y a enamorarse de un cliente sin aparente espíritu navideño al cual le había decorado su sala porque su madre le contrató. Una locura o quizás, un milagro de navidad.
Rey recordaba su último festejo de un 24 de diciembre cenando con su padre adoptivo en su casa y viendo películas la trilogía original de Star Wars de la cual Rian era muy fan y ella también, gracias a él. Pero ese año, la vida le había tenido preparada una sorpresa muy grande.
En cuánto la madre de Ben se enteró de que ella había encontrado a su madre, que resultó ser amiga de su hermano mellizo, y madre de su también escritor favorito, no dudó ni un segundo en ampliar la invitación para la cena de esa noche para celebrar los reencuentros de todos.
Así que ella, Mara, Taggie –como su madre llamaba de cariño a su hermano Armitage- y Maz, habían llegado después de la hora de la comida para ayudar a elaborar la cena. Leia, Ben y Han no habían estado muy de acuerdo en eso, alegando que eran sus invitados, pero después de rebatir y ver que no los convencerían los dejaron entrar a la cocina.
Así pues, Rey cortaba hábil junto a Ben las verduras que irían en la ensalada, mientras Leia y Han se peleaban frente a la estufa discutiendo el tiempo de cocción que tenían que ponerle al pavo relleno. Mara amasaba junto con Armitage en una esquina de la escimera una masa que olía delicioso y que sería convertida en tartas de fruta jogan, y Maz, que estaba subida en un banquito, checaba el ponche de frutas en el fogón. Incluso, el perro de raza Wookie, llamado Chewbacca estaba ahí con ellos tirado en medio del lugar cual alfombra.
La casa de los Solo-Organa se había convertido en el punto de reunión entre todo ellos que, de cierta forma, estaban conectados y la chica de Jakku, no podía sentirse más dichosa. El día anterior, se había quedado con su madre en su casa para hablar con ella y su hermano, juntando las piezas del rompecabezas que cada uno tenía. Fue así que descubrió que lamentablemente, su padre había fallecido cuando ella era pequeña y que su abuelo había sido el encargado de separarla de su madre. Supo también de su accidente en automóvil hecho que la hizo perder los recuerdos de su primer hijo, Armitage. Los tres lloraron juntos, pero también rieron por la dicha de haberse encontrado.
Rey se tomó un segundo para mirar a su alrededor, seguía sin creerlo porque para ella, tanta felicidad era un sueño.
La única que faltaba ahí era la novia de su hermano, Rose Tico, que conoció también un día antes cuando ella y Ben pensaron mal de su abrazo.
— ¿Qué pasa, preciosa? —le preguntó Ben notando que se había quedado con el cuchillo quieto entre la tabla de picar y las zanahorias. Ella negó con la cabeza saliendo del estupor y le regaló una sonrisa.
— Es que, es como un sueño Ben... —aseguró con los ojos chispeantes.
— Tú eres como un sueño y mereces todo esto —Rey casi se derrite ante su respuesta.
Ben echó una mirada hacia atrás y se cercioró que todos los presentes estuvieran entrados en sus labores para contribuir al banquete. Se acercó a Rey y depositó un dulce beso en sus labios.
Era la mejor nochebuena de la vida, para todos.
*
Sólo a Rose Tico se le había ocurrido la gran idea de, cubrir a Poe unas horas en la oficina ya que se había ido de viaje un día antes con su novio Finn a un crucero para festejar su Navidad. Sólo a ella.
Sólo a ella se le ocurría salir corriendo de la estación de policía a cambiarse a su casa para estar guapa para su novio, hacer una pequeña maleta (pues se quedarían esa noche a dormir en la casa de los padres de Ben) y pretender encontrar un regalo de Navidad que no pudo comprarle a su novio porque estuvo muy ocupada por el caso de su mamá.
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Last Christmas
FanfictionDiciembre comienza. El viento frío choca contra la piel. Es un frío que un abrigo no puede contrarrestar. Los aparadores de las tiendas y las calles están llenos de luces y armonía. Diciembre hace pensar a los corazones... Está ahí, el anhelo de al...