Día 10: Rose y el secreto de Brendol Hux

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La agente Tico estaba muy concentrada con la nariz pegada al diario. Era tanta su concentración, que ni siquiera había volteado cuando Poe Dameron, se acercó a presumirle su caja de rosquillas decoradas al estilo Star Wars navideño.

Le había pedido a Armitage que le prestara el diario de su padre –un error más de Bazine para añadir a su lista-, pensando en que podía extraer alguna otra pista que la ayudara a dar con el paradero de Mara Jade.

Había pasado toda la mañana del 10 de diciembre en eso, recordando que apenas le quedaban catorce días para lo que se había propuesto. Suerte que estaba ya por terminar de leer las páginas que quedaban.

Una sensación de nauseas le reventó en la garganta y paró su escrutinio en aquel diario. Estaba acostumbrada a ver casos siniestros y horribles, y ciertamente, ese no era de ese tipo, pero no podía evitar sentirse terrible por todo lo que Brendol Hux narraba ahí. Ahora entendía porque Armitage sentía tanto rechazo por ser él quien se adentrara a sacar información del diario.

En ese pequeño block, se narraba el desprecio que sentía el hombre por su único hijo debido al parecido que tenía con su madre.

Para despejarse un poco revisó de nuevo el reporte que Bazine había dejado: Muchos lugares en la periferia de la ciudad, estaban acotados como posibles rastros de su paradero. Tico se sintió furiosa. ¿Cómo era posible que su compañera no hubiera comenzado a hacer visita?

El pobre escritor estaba más que afectado por el asunto de su madre y Bazine se la había pasado en todo menos en lo que le correspondía hacer, pero decidió que no tenía caso seguir enojada por eso, cuando volviera de sus preciadas vacaciones se verían las caras.

Rose suspiró recordando al pelirrojo y lamentó tener que ser profesional porque lo admiraba mucho como escritor y además se sentía atraída por él.

— Rose... deja de pensar tonterías —se regañó canturreando.

La policía regresó la vista al diario y retomó la labor porque quería empezar cuanto antes la búsqueda. La caligrafía torcida la guio nuevamente hasta que se topó con una línea que le ofrecía una gran revelación y el comienzo de la indagación:

"Armitage crece cada día más y la veo en su rostro. La veo a todas las malditas horas. Y todo es culpa de ella y su maldito hijo. Por culpa de ambos nunca pude hacer que Leia me mirara y aceptara mi propuesta en vez de irse con el idiota de Solo".

Rose se puse de pie enseguida y miró hacia la oficina de su jefa Amilyn Holdo. Sabía de sobre a quién se refería Brendol Hux en su diario. La agente estaba sorprendida de que su investigación empezara con su propia jefa, pero no tenía más tiempo que perder. Necesitaba conseguir una entrevista con Leia Organa.

*

Después de haber escrito su último best seller, Armitage había experimentado un bloqueo de escritor que comenzó a preocuparle más de la cuenta. La ventaja era que aún se encontraba promocionando "El General de la Primera Orden" y no tenía presión de Phasma y la editorial de volver al ataque con algo nuevo. El asunto era más bien personal, pues estaba acostumbrado a ser activo y gustaba de hacer ejercicios diarios en donde se ponía metas de cierto número de palabras para alcanzar. Había dejado esa práctica de lado más de lo que le gustaba admitir. Sin embargo, una chispa inesperada lo había alcanzado.

El pelirrojo se puso frente al computador y abrió una nueva hoja en la aplicación que ocupaba para escribir.

La idea le taladraba la cabeza gracias a que hacía poco había conocido a una audaz y hermosa agente policial.

El escritor sintió las cosquillas en las yemas de los dedos, pensó en Rose y enseguida el título se materializó en la punta de su lengua:

La Princesa Guerrera de Otomok.

Last ChristmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora