Dia 6: Rose y el joven al cual no le pidió su número.

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Rose no podía dejar de pensar en la linda sonrisa de Armitage H. el escritor pelirrojo que admiraba y que había conocido en la librería. Pensó que le recordaba a alguien y se le hacía familiar pero no recordaba haberlo visto antes.

Habían pasado una hora platicando ahí en la librería acerca de la obra del escritor y fue una de las charlas más amenas que sostuvo desde hacía tiempo. Se arrepintió porque no le pidió su número, pero no tenía mucha confianza en sí misma para hacerlo, además de que no quería pasar por una fan loca. Suspiró, recordando nuevamente que llevaba tanto tiempo sin citas que ya hasta había olvidado lo que se sentía estar enamorada o ilusionada.

Pese a eso, se prometió regresar a la librería otro día esperando que el escritor frecuentara el lugar, lo cual era muy probable.

Miró su reloj. Su cita del 6 de diciembre ya la estaría esperando en la cafetería. Se echó una última mirada con el espejito de mano comprobando su maquillaje y guardó su placa de policía en su chaqueta.

Bajó el piso de la comisaría y atravesó la calle para ir al lugar pactado. Hacía un día que había llamado al joven que era el hijo de la mujer de la "operación reunión de Navidad" para citarlo con el propósito de obtener más información y plantearle una hipótesis que tenía rondando en la mente.

La declaración del muchacho decía que no recordaba muchos detalles de su madre, pues ella había desaparecido cuando tenía cuatro años y el pobre había comenzado a buscarla apenas hacía cinco atrás cuando descubrió, escrito en el diario de su padre que ella no estaba muerta como le hizo creer, sino que había huido amenazada por él para que jamás volviera y no tuviera contacto con su hijo.

Rose, sintió más tristeza por la historia y se prometió que ayudaría a la reunión. Inevitablemente pensó en su hermana mayor y que le hubiera gustado saber que iba a iluminar la vida de dos personas al hacer su trabajo. Le dolía no poder compartir con ella que había sido hasta hacía unos dos años, la única familia que le quedaba. Paige había fallecido en un operativo contra un asalto en el banco central, ejerciendo su deber. Rose sintió el monstruo de la soledad posicionarse sobre su pecho, pero decidió ignorarlo un rato. Entró a Takodana y una cabellera pelirroja al fondo llamó su atención.

La agente pensó en la fuerza y en que quizás, si existía.

*

Hux sintió que la vida al fin le estaba mostrando un camino. Su lectora más ávida y bella acababa de entrar por la puerta de la cafetería.

Su corazón dio un vuelco... ¿eso sería una señal de la fuerza?

Cuánto se había arrepentido de no haberle pedido su teléfono días atrás por temor al rechazo, pero esta vez estaba decidido a no dejarla ir sin conseguirlo.

— Hola —le saludó él poniéndose de pie, pero la confianza que sintió se esfumó cuando se dio cuenta de la expresión extraña en sus ojos que no alcanzaba a descifrar.

— ¿Tú eres... ? ¿Tú eres el hijo de Mara Jade? —le preguntó la detective, asombrada. Él asintió despacio, con la revelación alcanzándolo.

— ¿A-Agente Tico? —preguntó ahora Armitage de vuelta. La chica asintió y tomó asiento frente a él.

— Por favor —susurró él atreviéndose a tomar su mano sobre la mesa—, por favor, ayúdame a encontrar a mi madre.

Last ChristmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora