Rose revisaba la base de datos del padrón electoral de la ciudad de Coruscant. La búsqueda por nombre de la madre de Hux no había arrojado ningún resultado. Cosa extraña, porque si no se encontraba en ese listado, quería decir que ella no se encontraba en esa ciudad, aunque la agente Tico no perdía la esperanza. Sabía muy bien que ese tipo de herramientas tenían sus fallas. Quizás ella no estaba dada de alta, o no había registrado nada a su nombre.
La entrevista con Leia había revelado algunas cosas, pero no le ayudaba mucho a establecer algún punto donde comenzar a buscar, aparte de los que Bazine ya tenía marcados y a los cuales ahora ya no le veía mucho sentido.
Suspiró desanimada y al mismo tiempo su celular sonó. Sonrió de inmediato al comprobar que se trataba del pelirrojo. Se enterneció enseguida al ver que la saludaba, le mandaba besos y la invitaba después de su trabajo a comer con él en su departamento.
Para ella era increíble cómo en unos días todo hubiera cambiado entre los dos, dándose esa oportunidad de conocerse y estar juntos que ella tanto había anhelado. Descubrir que ella no le era indiferente al escritor le hacía sentir muy dichosa y afortunada. Estaba saliendo con su escritor favorito y el chico era apuesto, amable y muy lindo con ella. Empezaba a pensar que el regalo de navidad, que estaba esperando, aunque no lo admitiera, se había adelantado.
Miró la fecha en la esquina inferior de la computadora: 18 de diciembre. Menos de una semana para Navidad.
Le devolvió el mensaje a Armitage diciendo que aceptaba su invitación y que moría por verlo. Pensó en ir a esa pastelería antes de llegar a su departamento para comprarle esa tarta que tanto le había gustado a su novio y sorprenderlo.
Quería hacerlo feliz con ese detalle y ver su hermosa sonrisa.
*
La agente entró a la pastelería después de comprobar que en la vitrina estuviera la tarta de manzana por la que había acudido a ese lugar. Se sorprendió en descubrir que no había nadie en el mostrador. La vez pasada había sido recibida por una dependienta.
Localizó un timbre circular, de esos metálicos, en una esquina del mostrador y lo que presionó. Esperó paseando la vista por el lugar, parecía nuevo. Minutos después apareció una señora que usaba un delantal azul cielo y gorro a juego.
— Buenas tardes —le saludó—. Disculpa la espera. La chica que me ayuda en mostrador tuvo un inconveniente y no pudo venir hoy. Cómo solo somos ella y yo, bueno es complicado encargarme de hacer los postres y atender. Ay, lo lamento, estoy hablando mucho.
— Oh no se preocupe, no pasa nada. ¿Usted es la repostera? —Rose la estudió. Había algo que se le hacía demasiado familiar. La señora se acercó al mostrador y ella pudo contemplarla mejor.
— Si, casi siempre estoy metida en la cocina, hoy fue una locura, he estado en los dos lados. Pero bueno mi niña, te estoy reteniendo ¿qué te puedo ofrecer?
Fue cuando le sonrió que cayó en cuenta que era igual a una que ya había visto antes. Una que la había conquistado. Rose miró de arriba abajo a la confundida dueña que ahora fruncía sus cejas pelirrojas. Su tez era pálida, los ojos verdes.
— V-Vine por e-el pastel... digo la tarta de manzana de la vitrina, por favor...
— De acuerdo, linda.
La repostera fue hasta donde se encontraba la tarta y la recogió para luego ponerla en el mostrador y girarse por una caja de cartón.
Temblorosa Rose sacó la fotografía que había tomado del expediente de la "Operación Reunión de Navidad" y la que habían encontrado en la casa de Brendol Hux. Las miró y clavó la vista en la señora que hábilmente le preparaba la tarta para trasladarla con seguridad. Rose no tuvo dudas, era ella. Tenía que ser ella.
— Disculpe, quizás esto le suena extraño, pero, ¿usted es Mara Jade? —se aventuró la agente con el corazón desbocado.
— Hace mucho tiempo que nadie me llama por mis dos nombres —la señora ladeó su cara—. ¿Nos conocemos?
— Usted a mí no me conoce, pero yo conozco a alguien que la está buscando. Soy la agente Tico y si no le molesta, me gustaría invitarla a tomar un café, ahora mismo.
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Last Christmas
FanfictionDiciembre comienza. El viento frío choca contra la piel. Es un frío que un abrigo no puede contrarrestar. Los aparadores de las tiendas y las calles están llenos de luces y armonía. Diciembre hace pensar a los corazones... Está ahí, el anhelo de al...