Dia 11: Rey y la estación de policía

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La chica de Jakku acababa de colgar la llamada con su padre mientras caminaba hacia el negocio de Maz.

Los dos se habían puesto al día. Rey le había contado que estaba por verse con "un amigo" que la acompañaría a la estación de policía para iniciar con la búsqueda de sus padres biológicos. Por su parte, Ryan le había contado que le había llegado una oportunidad para ser el director de una película en la franquicia de Star Wars y ella no pudo más que alegrarse por él y pedirle que incluyera algo de romance para esos personajes que ya tanto habían sufrido debido a sus historias individuales. Él, como romántico que era, le prometió que lo haría.

Rey se sentía tranquila porque él le reiteró su apoyo y le dijo que nada de lo que pasara haría que la dejara de amar como su hija. Ella sentía lo mismo y se lo aseguró. Él siempre sería su padre, la había rescatado y le había enseñado muchas cosas y era feliz por ello y por la relación que ambos ostentaban.

Por otro lado, no iba a mentir que se sentía algo ansiosa. La noche anterior no había pegado el ojo imaginando el día en que pudiera conocer a sus verdaderos padres. Rey se aferró al sobre que llevaba en las manos y que contenía la única fotografía de su madre que tenía en su poder. Desgraciadamente de su padre no tenía ninguna posesión, pero confiaba que una vez que la hallaran, ella los conduciría inevitablemente al rastro de él.

Apresuró el paso y esquivó a muchas personas, no sin antes pedirles disculpas por meterse en su camino. Tenía prisa, más que por ir a la comisaria, por ver a Ben. Apenas hacía días que se conocían, pero no podía ignorar el sentimiento en torno a él y la rápida cercanía que se estaba dando entre ellos. Con Ben era natural hablar, él le inspiraba confianza e intriga. Esos misteriosos ojos cafés escondían más dolor del poco que ya le había contado.

Miró el reloj en su muñeca y se dio cuenta que iba a llegar diez minutos tarde. Rezó porque Ben no fuera de esos empresarios malhumorados y obsesivos por el tiempo. La proveniente de Jakku se echó a correr cuando la idea de que él se molestara por su impuntualidad y se marchara, le llegó a la mente. No quería eso. No quería volver a estar sola. Él parecía querer conocerla enserio y hacía tanto que no le pasaba eso que pensó que, si él se iba, volvería a destrozarse. Sus verdaderos padres se habían ido, sus parejas anteriores también... no sabía si iba a resistir que esa posible amistad se viera truncada.

Sin embargo, las dudas de Rey fueron disipadas cuando puso un pie en la cafetería y encontró Ben platicando con Maz en una de las mesitas.

La sonrisa que le ofreció la desarmó completamente. Iba de traje y una gabardina negra y larga lo abrigaba. Se notaba que estaba interrumpiendo su horario de trabajo para acompañarla y se sintió un poco mal por ello.

— ¿Te estás saltando las horas laborales Ben Solo? —la suave risa de él hizo que el estómago le revoloteara.

— Ventajas de trabajar en la empresa familiar, Rey. No te preocupes.

— Será mejor que vayan ya, jovencitos —les aconsejó Maz, observando con detenimiento lo que estaba pasando entre ellos.

— Te veo en un rato Maz —se despidió Rey.

— Dale mis saludos a Leia, Benny.

— No creo que sea posible, esa mujer es muy ocupada, pero si la veo, le digo —comentó Ben volteándose a abrirle la puerta a Rey para que saliera primero.

Sólo tenían que cruzar la calle, dar unos cuantos pasos y entrar a ese edificio, pero para Rey representaba un enorme esfuerzo. Instintivamente, buscó la mano de Ben y se la tomó. Él le dio un apretoncito de vuelta, se sonrieron y comenzaron a caminar.

*

Hubo cinco timbrazos antes de que por fin ella le contestara la llamada.

— Leia... ¿Ben está saliendo con alguien?

— ¿Qué? No lo sé... ¿Por qué lo preguntas?

— Acabo de ver a tu hijo entrar a la estación de policía tomado de la mano con una chica.

— ¿Cómo era ella? ¿No es Yessica? —Han no pudo reprimir una carcajada.

— Eso quisieras tú, pero no era ella. La jovencita de la que te hablo llevaba el cabello en tres bollos.

— Espera, te voy a mandar una fotografía a tu teléfono —le dijo presurosa su aún esposa—. ¿Es ella?

Han revisó la fotografía que acababa de llegar y se impresionó de lo rápido que Leia había dado con la identidad de la chica.

— Si, es ella... ¿la conoces?

— Es la decoradora de interiores que Maz me recomendó. La mandé hace unos días al departamento de Ben. Ya que mi madre era la que decoraba con él, ya no es capaz de hacerlo por sí mismo y entró en una actitud algo difícil, así que decidí comenzar a enmendar mis errores. Contratar a Rey fue el primer paso.

— Pues vaya que le mandaste el regalo de Navidad a la puerta, princesa y eso que apenas es 11 de diciembre —comentó el ex piloto aviador mientras seguía con la mirada a su hijo de la mano de esa chica misteriosa.

Last ChristmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora