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Me encontraba frente al espejo colocando una venda nueva en mi abdomen después de el incidente de anoche cuando mi hermana, Pansy entro a mi habitación.

—¿Que sucede, Pansy?— cuestioné.

—Iremos al campeonato mundial de quidditch, pero tu no iras ya que papá sigue enojado, no salgas de tu habitación y... ¿Que te paso allí?— señaló el lugar cubierto por vendas.

—Me caí en las escaleras, solo eso.— ella se burló y se fue.

A los minutos pude ver como mi familia se iba, dejándome sola con los elfos domésticos, me dirigí a la entrada del sótano pero allí había otro elfo, era obvio que mi padre no iba a permitir que para mi fuera fácil meter mis narices pero tenia que hacer algo.

—Hola— hablé al elfo quien me miró con una cara malhumorada y me ignoro. —Te recuerdo eres Kreaned.— dije recordando la vez que los Malfoy llegaron a la mansión. —Creí que mi padre te había puesto a cuidar el sótano.

—Mark le ordenó a Kreaned que custodiara el sotano para que entrometidos no quisieran entrar.— habló en tercera persona.

—¿Entonces que haces allí? El sótano queda hacia el jardín.— mentí.

—Ese es el almacén.

—No. Estoy muy segura de que ese es el sótano, además ¿Como te atreves a cuestionarme? Soy hija del señor Parkinson, tu amo.— eso sono muy Pansy pero los medios justificaban el fin ¿cierto?
El elfo me miró mal y luego miro hacia la puerta del sótano para luego irse a verificar que estubiera en lo cierto y que el sótano no estaba en el jardín.

No podía creer que había hecho dudar a un elfo, pero no tenía mucho tiempo, el elfo tenía las llaves en su bolsillo, así que las tome con cautela y las intercambie por unas mías.

Cuando este estaba fuera de mi campo de visión me adentre al sótano cerrando la puerta detrás de mi y me acerque con rapidez a la puerta que me permitiría ver al supuesto infrido. La abri y recordé en cual habitación se encontraba el animal.
Este empezó a rugir pero con mi varita pronuncie "Lumus" haciendo que esta se iluminara y pudiera verme.

Mi curiosidad definitivamente terminaría matandome un día.

El animal no rugía, sin embargo aun necesitaba tomar el libro de ese estante, cosa que no sería fácil que este me permitiera.

Acaricie su sucio y descuidado pelaje y tome una lata de atún que había robado de la alacena, la abrí y se la entregue, el comía y posiblemente era mi momento para tomar el libro sin embargo el animal nuevamente no me dejo, dejo su comida de lado y se posiciono en frente de mi con una cara de desconfianza.

—¡Donde esta esa maldita niña!— escuche una voz proveniente de mi padre, estaba a punto de cerrar la puerta pero su brazo fue más rápido. —¡Tu no aprendes la jodida lección!— gritó y junto a los rugidos del animal sentía que mi cabeza iba a explotar nuevamente. —¡¿Quieres saber que hay en ese jodido libro?!— gritaba. Tomo una especie de latigo y empezó a golpear al animal.

—¡Lo lastimas!— exclame.

—¡Es una bestia! ¡Pero parece que una débil, debió de haberte matado desde el momento en el que cruzaste esa puerta!— tomo el libro entre sus manos y con un hechizo le prendió fuego, solo pude observar su portada. Sentía un gran chillido en mi cabeza, y como si estubiera a punto de desmayarme, mi ojos se cerraron hasta que caí y no fuí consiente de lo que paso luego.










[...]









—Esta despertando.— escuche la voz de Pansy y lo primero con lo que me tope al despertar fue la mirada de lastima de mi madre.

—¿Que paso?— pregunté desorientada.

—Te desmayaste, tuvimos que volver de la competencia de quidditch por algo que olvido tu padre y dice que te encontró desmayada en el jardín, luego volvimos por algunos asuntos pero Pansy se tuvo que quedar, aún no entiendo porque tu padre esta tan furioso.— habló mi madre.—Lo importante es que estés bien. Pansy quédate un rato con tu hermana.—Mi madre salió por la puerta.

—Siento que te allas tenido que perder el campeonato.— me disculpe.

—No me importa el campeonato, solo quería ver a Draco, no es tu culpa... pero si a la próxima te desmayas te golpeare por no dejarme ver a mi Draqui.— reí y por alguna razón me sorprendió que estuviera siendo un poco amable conmigo. —Igual sigues siento torpe y tonta.— completo, esta vez solo sonreí, había sido amable conmigo como yo había sido con ella a lo largo de mi vida.

Ella se fue y me dejó sola, algunos minutos pasaron hasta que recibí una carta, D. Malfoy, sonreí, la lechuza se quedo esperando en el borde de la ventana mientras yo leía pero antes le di un poco de pan que mi madre había dejado al lado de la cama por si me daba hambre.


Parkinson,

Me entere de que te desmayaste, un tanto patético, pero espero te encuentres bien, y si no es así tampoco es tan relevante.
Nos vemos en Hogwarts, si sigues viva para entonces.

D. Malfoy.



Sonreí, era un idiota pero era bastante lindo para ser honesta, ya comprendo porque a mi hermana le gusta, aunque sigue siendo un tonto egocéntrico.

Malfoy,

Parece importante demasiado mi salud como para mandarme una carta para comprobar si estoy bien, por más que digas que es irrelevante, pero gracias. Nos veremos en Hogwarts, y créeme estaré viva para entonces.

L. Parkinson.



Le entregue la carta al ave que se fue volando apenas esta fue entregada y me dispuse a pensar en porque mi padre había quemado ese libro si lucía tan importante.

Talvez tendría una copia de este, faltaba poco para entrar a Hogwarts así que supongo que podre escabullirme en la sección prohibida de la biblioteca para buscar algo relacionado al libro.

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La Otra Parkison; Draco Malfoy (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora