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—Tiene que estar por aquí.— exclamo Luna, buscando a su conejo por la sala común.

—¿Estas segura?— pregunte al no encontrar al conejo de la chica.

—Sabes que te pueden quitar la autorización de tener una mascota que sea un conejo si lo pierdes ¿cierto?— cuestiono Cho a lo que ambas negamos. —Tenemos que ir a clases ya nos perdimos el desayuno.— habló con desespero.

—Tu puedes ir Cho, yo acompañaré a Luna a buscar a su conejo.— hablé, Cho sonrio y se fue.

—Okey yo iré a buscarlo en las plantas que abajo, no creo que un conejo llegara gan lejos pero a lo mejor lo encuentre en el camino.— dije Luna me miró.

—No tienes que hacer esto Lena, puedes irte, buscare al Señor Bigotes yo sola.— negué.

—No tienes que preocuparte te ayudare.— sonreí y salí.

Ya habíamos revisado toda la Sala común de Ravenclaw y no sé encontraba allí así que baje las escaleras y busque por los pasillos, sin embargo no ví al conejo.

Al llegar a la planta baja estaba a punto de rendirme y darme por vencida a buscar al conejo sin embargo lo vi, estaba quieto enfrente de un aula, más específicamente el aula 1B.

—Ven, ven— dije acercándome lentamente para tomar al conejo entre mis manos pero en ese momento la puerta se abrió ya que al parecer un estudiante Hufflepuff necesitaba ir al baño.

El estudiante solo me vio raro pero no se percato de el animal que se escabulló entre sus pies.

—Mierda.— intente tomarlo entre mis manos antes de que entrara por completo a la clase pero me fue imposible.

La puerta se abrió un poco y pude ver al conejo dirigirse hacia los estudiantes Slytherin.

—¿¡Que hace este sucio conejo aquí!?— preguntó una voz que parecía la de mi hermana en un grito.

En ese momento entre por la puerta interrumpiendo la clase causando que todas las miradas de los chicos y chicas de Slytherin y Hufflepuff de tercer año se clavaran en mi, incluso la mirada un tanto burlona de Draco Malfoy.

Me acerque al conejo e intente tomarlo pero nuevamente se escabulló.

—¡Señorita Parkinson!— exclamó McGonagall. —¿Se puede saber que hace su conejo aquí?

—No es mi conejo, de hecho...— hablé pero me interrumpió.

—Tome al animal y retírese de mi clase, por favor— asentí y solte un "Claro" casi inaudible debido a la vergüenza que estaba pasando.

Tome al animal de pelaje blanco y suave entre mis manos y lo levante, escuche la risa de Malfoy y un sonido de desagrado por parte de Pansy.

—Ahora retírese.— habló McGonagall, asentí y me dirigí a la puerta. —Señorita, Parkinson.— me llamo.

—¿Sí?— preguntamos mi hermana y yo al mismo tiempo. La profesora la miro a ella y luego a mi.

—Lena Parkinson.— dijo esta vez para hacer entender que se refería a mi.

—¿Sí?— pregunte esta vez solo yo.

—Cinco puntos menos para Ravenclaw.— dijo está.

—Uuh— dijo Malfoy riendo golpenadole levemente el hombro a su amigo robusto para que mirara.

Pansy me miró divertida y yo solo salí de allí. Cerre la puerta y me deje caer al lado de esta con el animal entre mis manos. El chico Hufflepuff entro al aula nuevamente y pude escuchar como alguien decía "Te perdiste el espectáculo".

Me sentí sumamente tonta en ese momento y un par de lágrimas corrieron por mis ojos, abrace al conejo ya que era mi única compañía y deje que otro par de lagrimas corriera por mis ojos para luego estornudar.

—Oh... creo que ahora soy alérgica a los conejos.— dije tomando a la pequeña mascota al frente de mi cabeza.

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—Me alegro de que lo encontraras.— La rubia se encontraba acariciándole el pelaje al animal. —Mi anterior mascota ya no esta, no sabría que hacer si ahora le pasaba algo a Bigotes.

—¿Que le paso a tu anterior mascota?— pregunte.

—Prefiero evitar ese tema.—

Ambas nos fuimos a nuestras respectivas camas, yo observaba nuevamente la ventana pero aún así no podía dormir. Empezaba a pensar que el sombrero me puso en Ravenclaw hace un año sin razón alguna, no era claramente la más ingeniosa y menos la más inteligente.

Parecia que ya era bastante tarde pero aún así no podía dormir, mi estomago rugia, eso significa que tenia hambre, pero si me encobtraban deambulando posiblemente me iban a castigar.

—Genial.— suspire y hable sarcásticamente conmigo misma.

De la nada lágrimas se empezaban a avecinar de nuevo recordando el incidente de la mañana y las miradas de burla de todos hacía mí. Sin duda no fue el mejor día.

Sí mi hermana me viera en este momento posiblemente me diría que soy demasiado sensible, pero para ser honesta tal vez lo sea un poco.

Solo quería decir que no todo va a ser igual que en las películas, por eso habrá algunas "inconcordancias", solo tómenlo como parte de la historia, es un fanfic por lo tanto modificare algunas cosas para ajustarse mejor a los hechos.

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La Otra Parkison; Draco Malfoy (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora