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McGonagall no solo le había quitado puntos a Ravenclaw si no que también me había dicho que tendría un castigo por interrumpir su clase por lo del incidente del conejo.

—Puede retirarse a la enfermería, señorita Parkinson— dijo el jefe de la casa Ravenclaw.

—Lena.—la corregí.—No me gusta que me llamen por mi apellido.

—Bien, Lena. Madame Pomfrey la espera.— habló.

Me dirigí a la enfermería, en el camino me tope con Pansy quien no dudo en chocar su hombro pondrá el mio con intenciones de que me cayera, y así lo hice, ella se burló mientras seguía caminando hasta que sentí una presencia detrás de mi. Tímidamente la persona me tendió su mano y me ayudo a levantarme.

—Gracias, Neville.— le agradecí.

—N- no t-te preocupes.— habló apenado por alguna razón. Puse mi mano en su hombro y bese su mejilla el se quedo atónito ante lo que hice y me sonrío, le devolví la sonrisa.

Detrás de él estaba Draco ¿Como puede ser que este chico este por todos lados? Me miró a mi y a Neville con un poco de enojo y se fue sin decir nada.

Yo igualmente me fuí a la enfermería para cumplir mi castigo.

—Ya llegue, madame Pomfrey ¿En que la puedo ayudar?— pregunte intentando tener una buena actitud.

—Tengo que irme, encárgate de cuidar al pelirrojo que esta con sus amigos.— habló, asentí y ella salió.

El pelirrojo en la camilla era Ron, estaba con Harry y Hermione.

—Ron ¿Que te paso?— cuestioné.

—Es una larga historia.— Harry y Hermione salieron de la enfermería para hablar con Dumbledor.

—¿Necesitas algo?— pregunte y el negó.

Minutos después Harry y Hermione entraron de nuevo pero algo muy  extraño sucedió, de la nada desaparecieron y volvieron aparecer a un lado.

—¿Que? Pero... ustedes estaban allí.— señaló el pelirrojo el lugar en el que antes estaba la pareja.

—No sabemos de que hablas, Ron.— Hermione miro a Harry y ambos soltaron una pequeña risa.

Eso fue extraño.

Despues de un largo día en la enfermería me aburrí casi por completo ya que nadie llego excepto por un chico que por alguna extraña razón tenía la lengua llena de ronchas lo cual le imposibilitaba hablar, era extraño y un poco asqueroso pero el efecto paso a los minutos, necesitaba saber ese hechizo, me podría servir con mi hermana.

—Ya se puede ir, muchacha.— habló madame Pomfrey.

Me había perdido la cena así que decidí ir a la cocina, la cual estaba llena de elfos domésticos.

—¿Hola?— pregunté, un elfo se acercó a mi y me miró. —Perdón por venir a esta hora. Me preguntaba si tenias un poco de jugo de calabaza— la elfo me trajo el jugo rápidamente sin negarse. —Gracias ¿Como te llamas?— cuestione.

—Mi nombre es Winky, señora.

—No me llames señora.— sonreí.

—Lo siento, Winky no debió de llarma así, Winky tonta.— esta se golpeo con una bandeja que tenia entre sus manos, sin querer escupí el jugo.

—Winky, no, no te golpees.

Los elfos definitivamente eran algo complicado para mi, me daba un poco de pena pero no al punto como para unirme a la P.E.D.O.S de Hermione ¿A quien se le ocurrió ese nombre?






[...]





En el Gran comedor algunos chicos de Gryffindor estaban reunidos alrededor de una escoba que parecía ser para Harry.

—¿Puedo subirme Harry?

—¿De que hablas?—preguntó sin comprender.

—Cállate y déjalo pasar.— habló Ron. —Yo no quería abrirla es solo que estaba mal envuelta y ellos me obligarón— señaló a los gemelos Weasley.

—Es una saete de fuego.— habló uno de los dos gemelos.

—¿Para mi?— preguntó Harry, lucía feliz. —¿Quien la envía?

—Venía con esto.— Hermione mostró una pluma negra, no tenía idea de que significa.

Harry salió del Gran comedor con un gran grupo de chicos detrás de él, incluida yo.

Harry se subió a la escoba y esta voló a una velocidad impresionante.

—Pff—bufeó mi hermana.—Es solo el tonto de Harry con su estúpida escoba, no es para tanto.—el rubio a su lado de dio la razón.

—¿Perdón? ¿Escuche que ustedes dos tienen envidia?— cuestione llendo frente a ellos.

—Quisieras. Jamás le tendría envidia al estupido de Harry.— habló el de ojos grises e hipnotizantes.

—Nunca digas nunca.— hablé por lo que ambos rodaron los ojos.





[...]




El año había dado su fin, mi segundo año en Hogwarts fue bastante divertido, aprendí bastantes cosas e hice nuevos amigos, a los que sin duda enviaría cartas durante las vacaciones.

Estaba en un vagon junto a Luna, Ginny y Neville. Eramos grandes amigos.

—Iré a ver si venden ranas de chocolate, muero por una.— hable y busque a la mujer que siempre las vendía.

Senti una mano tomar mi brazo y jalarme hacía un vagon.

—Ah ¿Que te pasa?— pregunté viendo a Pansy.

—Draco irá a nuestra mansión en estas vacaciones.— habló

—¿Y eso a mi que?— cuestioné.

—No seas infantil, Lena. No puedes dejarme mal ante mi futuro esposo.— dijó.

—¿Futuro esposo?— cuestioné, se me hacia raro escuchar eso y un leve miedo de que nuestros padres comprometieran a ambos me inundó.

—Bueno... antes tengo que conquistarlo pero seguro caera ante mis encantos.— reí. —¿De que te ríes?

—Lo siento, es que me pareció gracioso ¿Pero estas seguira que quieres estar con Malfoy?— fingí arcadas.

—No hables así de, Darqui.— habló ella y yo levante mis manos en señal de rendición.

—Esta bien, Pansy. Si eso es lo que quieres, me compórtate. Todo por mi hermana.— sonreí esperando una sonrisa de vuelta, sin embargo solo rodó los ojos y se fue.

—Que tonta soy.— dije para mi misma y luego me golpeé con la palma de mi mano la cabeza.

Tal vez en otra vida fuí un elfo domestico.

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La Otra Parkison; Draco Malfoy (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora