30: Inminente

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Keyla

Un poco más calmada, me visto y me siento en el sillón. Vinicio me trae un vaso de agua, lo que agradezco, entonces el agarra una silla y se sienta cerca de mí. Increíble, todavía no puedo creerlo, está vivo. Con un ojo menos, pero sigue siendo atractivo. Aunque la pérdida de su ojo es mi culpa.

―¿Cómo es posible?

Sonríe.

―¿El qué? ―pregunta―. ¿Que sobreviví o que te traicionara con tu enterrador o quizás el saber sobre Drew?

―Todo. ―Me tiemblan los dedos.

―Él vino a mí, mostrándome que Tyner y tú estaban juntos, se aprovechó de mi rabia para ponerme en tu contra, así es como te di un falso enterrador, luego me disparaste. Los médicos estaban sorprendidos, todo salió perfecto, soy uno de los pocos que sobreviven a heridas de bala en la cabeza. Una vez que me recuperé, estuve investigando por mi cuenta y descubrí sobre Drew.

―¿Quién te llevó al hospital? Podría jurar que estabas muerto y solo.

―Uno de mis empleados me encontró a tiempo.

―Ya veo. ―Hago una pausa muy pensativa―. Le mintió a Tyner ―aclaro lo que me contó él.

―Es que realmente creyó que había muerto, luego cuando desperté dos semanas después, le informé que no avisara. En ese tiempo se quedó callado, quería esperar instrucciones, es un hombre bastante leal ―opina.

―Merece reconocimiento.

―Ya le di una compensación ―dice satisfecho.

―Vinicio... ―Suspiro―. ¿No me tienes rencor?

―Ya te dije, estamos a mano ―expresa sonriente―. Pero me encuentro confundido ¿Por qué tienes una mirada de tristeza? Te ves emocionada, pero pensé que estarías llena de indignación, soy un obstáculo para ti, y no creo que sea porque te salvé o la conmoción del momento, esa no es mi Keyla, no es la Keyla que conozco.

Hago una pequeña risa sin emoción.

―Ya no eres un obstáculo, ya cambié las cláusulas de nuestro contrato, además soy la administradora, ya no te necesito.

―¿Y entonces?

―Te extrañé ―digo sin titubear.

Se ríe.

―Vaya, es raro oír eso de ti.

―Lo sé. ―Sonrío.

―¿Y ahora?

―No sé.

―¿Quieres que me vaya? Mañana seguiremos esta conversación, ahora estás muy alterada. ―Se inclina para pararse y lo detengo de la mano.

―Quédate ―le pido―. Quédate a dormir.

Se vuelve a sentar.

―De acuerdo.

La noche pasa sin complicaciones, y de hecho eso hacemos, es extraño, pero cuando vamos al cuarto, lo único que hacemos es dormir.

¿Qué me está pasando?

Tyner

Es de mañana, estoy en la oficina de Keyla, vendría a esta hora a reunirse conmigo pero no llega. Se ha atrasado, raro en ella. Veo que abren la puerta, pero quien viene es Drew Marconi, tiene una venda en su mano, pero le resto importancia. Él al igual que yo es el socio de Keyla, ambos somos los más cercanos en su puesto de administradora. Sin embargo este hombre me trae mala espina, no confío en él, ojalá Keyla se deshaga de este pronto. Que lo despida o algo, no sé, cualquier cosa, no soporto su sonrisa cínica.

Perversa Oscuridad: ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora