18: Más que perfecto

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Keyla

Corro a través de los pasillos de la fábrica abandonada, una gota de sangre recorre mi frente, mi labio partido duele y aunque me persiguen, me detengo en el galpón más grande. Los hombres llegan, entonces me giro a mirarlos, sonrío de lado a pesar del picor en mi boca, lo hago ya que veo a la persona que buscaba.

―¿Pensaste que podías engañarme? ―Sonríe Nolan―. Es obvio que no mataste a Vinicio, mucho menos tendrás la lista.

―Nunca ibas a dármela, pero viniste ―afirmo.

En un principio está tranquilo pero luego nota la indirecta en mis palabras.

―¿Quieres decir que...

―Sí, esto es una trampa.

Se carcajea.

―¿Y te dejaste golpear a propósito? ―se burla.

―Tenía que ser creíble.

―Vaya, te subestimé ―opina.

―Adiós, Nolan.

El portón se abre, Vinicio baja de su coche y se saca los lentes de sol, estando sonriente. Sus hombres atacan, entonces comienza un tiroteo contra los empleados del bando enemigo. Nos ocultamos detrás de las cajas.

―Gracias, Keyla. ―Vinicio toca despacio mi labio, por si me duele―. Luego te recompensaré ―me aclara.

―Ve a por tu venganza.

―Por supuesto. ―Me da un leve beso y sale de su escondite para dirigirse hasta Nolan.

Después de esquivar a unos cuantos hombres, acto seguido deshacerse de ellos, está casi a punto de alcanzar a su adversario principal. Le cuesta porque Nolan en el proceso le descarga todas sus balas, aunque por suerte no logra darle. Entonces al fin Vinicio se acerca hasta él, forcejean y le pega con la culata de su arma, así consigue dispararle, lo asesina. Ha sido difícil, pero lo consiguió.

Vinicio

He cumplido mi venganza, ahora todo lo que pasa por mi mente son mis ganas festejar. Hasta los hombres de Nolan tuvieron que retroceder cuando me encargué de su líder. Yo gané, al fin gané. Ya no estaré nunca más debajo de ese imbécil que me sacó el puesto, ahora seré más poderoso que nunca.

Tomo de mi copa y la apoyo en la mesa del restaurante en el que en este momento nos encontramos, mientras me mantengo sentado en la silla de en frente de la Keyla. Disfruto de su compañía luego de toda esa masacre. Ella luce hermosa con su vestido rojo y largo pegado al cuerpo. No puedo esperar a quitárselo, pero me centro en sus heridas. Su frente tiene un corte y su labio está partido, aun así eso no ha evitado que se haya puesto un labial carmesí, el cual solo me da ganas de besarla.

Aunque quizás le dolería.

―Me muero de rabia viendo esa boca lastimada, aunque los culpables están muertos, me molesta bastante.

―Teníamos que hacerle creer a Nolan que había ganado, era necesario, ya no importa. ―Me sonríe.

―Igual me molesta, solo de imaginarlo, me hace explotar de ira.

―Tranquilo príncipe azul, ya pasó. ―Se ríe.

―Tus ideas son retorcidas ―opino y se vuelve a reír.

―Así te gusto. ―Toma un sorbo de su copa y hace un gemido de dolor, pero luego vuelve a sonreírme, dejando el vaso en la mesa―. Espero que mi esfuerzo haya valido la pena y cumplas mis pedidos.

Perversa Oscuridad: ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora