Keyla
Enterrada viva, sin poder respirar, empujo la tierra como puedo y cuando logro salir tomo una gran bocanada de aire perdido. Por suerte no ha sido tan profundo, no puedo creer estar viva. Mi alivio se esfuma, visualizo a mi amiga a mi costado, muerta con los ojos abiertos. Mis labios tiemblan y gateo hasta allí, por mi cuerpo adolorido, ni puedo pararme. Hay sangre por todas partes, sus piernas, sus brazos. Veo un cuchillo a un costado, se nota que lo pusieron allí a propósito, para hacer parecer que se suicidó después del brutal ataque. Lágrimas caen a borbotones por mis ojos, tanta injusticia en un solo cuerpo.
―Oh Susan, cuanto lo siento.
Tomo su mano y continúo sollozando. Fue mi culpa, ella solo quiso seguirme y yo solo deseaba ayudarla, es evidente que huir del prostíbulo de esta forma no fue la mejor manera. Esta es la gota que rebalsó el vaso. Acepto que debían matarme, ya que fui yo quien los desafié, yo descubrí nombres que no debía, pero Susan solo quería ser libre.
¿Qué culpa tenías? Mira lo que te hicieron ¿Te torturaron antes de morir? Las marcas en sus piernas me demuestran que sí. Se divirtieron como siempre y te trataron como basura, un objeto sexual. Ojala hubiera podido hacer algo.
Me levanto del suelo, tomando el cuchillo que tiene Susan a su lado. Sangre cae de mis piernas también, todavía me duelen, aunque no más que el dolor de mi corazón. Camino por el costado de la carretera, visualizo un pequeño auto, uno de mis agresores está de espaldas hacia mí. Miro mi arma blanca un segundo, entonces sin pensarlo mucho me acerco al desgraciado. No hay nadie en esta carretera abandonada, así que no importa lo que haga.
Me lanzo sobre el guardia, la adrenalina me corroe y la oscuridad se apodera de mí, forcejeo con el hombre hasta que puedo cortarle la yugular. La sangre corre a borbotones, se esparce por todo el lugar y el hombre cae al suelo. Muerto, como se merece.
En realidad no reacciono hasta que me subo a su auto, tomo las llaves y noto que mis manos tiemblan, es obvio, acabo de matar a una persona, ni lo pensé. Apoyo la cabeza en el volante y respiro agitada, necesito recuperar fuerzas para largarme de aquí, de este horrible lugar. Lloriqueo sin control hasta que me doy cuenta que hay un celular en el suelo, reacciono entonces lo levanto. Fui secuestrada hace años, escapé, tengo que llamar a la policía, debo hablar con mi padre, quiero... no, no deseo hacer eso, yo en realidad quiero vengarme, no puedo volver así, maté a una persona, no merezco ser salvada. El móvil cae y presiono mis manos en el volante. Lo que en verdad deseo es venganza y eso haré, solo necesito un plan.
Por empezar, tengo que volver al prostíbulo, pero si voy allí, me matarán si descubren lo que hice, necesito una cuartada, una ayuda, algo para no morir. Vamos, eres inteligente, conoces muchos nombres, solo necesitas uno.
Vinicio Vanadis.
¡Eso es! Ese hombre, sé que necesitaba vengarse de alguien y yo puedo ayudarlo a encontrarlo, solo necesito que me crea. Necesito ser aliada de ese mafioso, pero primero debo hallarlo, ni siquiera conozco su rostro.
Tengo que entrar a la boca del lobo y tener suerte, nada más. No tengo otra opción, sino nunca lo localizaré.
Tomo fuerzas de donde sea y al fin giro la llave, arranco el vehículo, entonces me dirijo al prostíbulo. Detengo el coche, sí, memoricé el viaje, ¿quién lo diría? La verdad me considero bastante astuta, he aprendido a sobrevivir. Aunque esta podría ser mi última estupidez, pero ya lo decidí. Bajo del coche y los guardias me ven venir. Se me acercan, entonces me agarran, intentando que nadie me vea.
Se ponen a discutir si deberían asesinarme, después de un rato largo deciden que lo harán. Me llevan a un paredón, me atan las manos hacia atrás y con una tela tapan mis ojos. Aprovecho que uno acaricia mi muslo y le sonrío, lo que provoca que se refriegue contra mí.
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Perversa Oscuridad: Reina
AksiyonSecuestrada, obligada a estar en la prostitución, pero Keyla no solo buscará sobrevivir en ese calvario, también intentará ser la reina de este y cumplir su venganza. "Estuve esperando cautelosa para hacer mi jugada". Libro independiente de Perversa...