Capitulo 5

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Isabella

Bajo con mucho cuidado para que nadie me vea, no acabo de creer lo que acaba de ocurrir, me sentía tan caliente, en el momento que me beso, solo quería que me arrancara la bata y me hiciera suya, pero sé que el solo quiere eso de mí, pero se la pienso hacer difícil, mientras meto la ropa a la lavadora, voy en busca de Axel, el chofer para pedirle una ropa prestada, ya que Alejandro no se puede quedar así, seria mucha tentación para mí.

Salgo a la entrada principal y me encuentro con Axel, me da tanta pena que me vea en bata, pero por las ganas de salir corriendo, ni pensé en vestirme.

Le explico rápido la situación a Axel y entre risas el accede a prestarme ropa, así que lo acompañe a la casa de servicio para buscar la ropa, mientras caminaba observe que Alejandro nos estaba viendo, pero no me importo y seguí.

Cuando llego a la habitación, veo a Alejandro acostado en mi cama.

- ten, mientras ponte esto-  dejo la ropa a un costado de él.

-¿Qué tienes con el chofer?- me pregunta levantándose de la cama y parándose justo enfrente de mí.

-¿te importa?- contesto acercándome más a él,  observo sus labios medio abiertos.

-¿debería? –pregunta con voz jadeante, sentí como una de sus manos se colocaban en mi cintura y la otra me acariciaba la boca, bajando a mi cuello.

-Deberías vestirte- le di un pequeño beso de media luna, apartándome de el con una mirada retadora.

-Deberías de dejar de hacer eso, porque juro que algún día no me contendré.- se acaricia su barbilla y caminando hacia el lado contrario de mí.

Me di la vuelta para irme a vestir.

-Nunca te pedí que te contengas- seguí caminando, ocultando una pequeña sonrisa de pronto él me llega por la espalda,  jalándome de la cintura hasta el.

– entonces no creo parar esta noche.-me dice al oído con voz jadeante, haciéndome girar, en su mirada podía ver toda la lujuria acumulada y el deseo que yo lo hacía sentir, eso hacia explotar mi cabeza e inconscientemente dejarme llevar por sus labios, mientras me besaba apasionadamente, me tenía entre la pared y su miembro, que sentía como crecía y se endurecía, sentía como sus manos bajaban por toda mi espalda, hasta llegar a mi trasero y dar un pequeño apretón, mis manos, recorrían cada parte de su cuerpo, como si fuera memorizando cada parte, hasta llegar a su miembro, hice desaparecer la toalla que tenía cubriéndolo, Alejandro se detiene un momento y me queda observando, analizando lo que piden mis ojos, pero en ese momento no pienso, solo estoy inundada de deseo, el baja su mirada y con ella va bajando sus dedos, que van acariciando mi cuello, pasan entre mis senos, aún están cubiertos por la bata de baño y sigue por mi abdomen, abriendo levemente la bata se detiene cuando llega a mi sexo, vuelve a dirigir su mirada a mí, acercándose lentamente.

–esta noche quiero que te olvides hasta de tu nombre- me susurra sobre mis labios y lentamente metiendo sus dedos entre mi sexo, haciendo pequeños círculos, mientras me comía los labios, trataba de no hacer ruido, pero con su mano entre mi entrepierna era difícil, mis quejidos eran mas de suplica por desear mas de lo que hacia, deje salir un pequeño gemido, exclamando de placer, sentía como mojaba cada parte de mi cuerpo, mis piernas temblaban, hasta que de pronto para y me carga.

–¿tienes un condón?- me dice con su voz entre cortada- no, pero no te preocupes, tomo pastillas- le dije mientras le arrancaba un beso y entrelazaba mis piernas al rededor de su cintura siento como va introduciendo su miembro entre mi sexo, lentamente, da tres embestidas fuertes y lentas a la vez, robándome un gemido y cubriéndolo con su boca para luego llevarme a la cama, estoy tan ansiosa porque simplemente con el quiero sexo rudo, que me haga desear cada vez mas, me sostengo fuertemente de las sabanas, mientras el me da las embestidas cada vez más fuerte, me muerdo el labio para no hacer suido, automáticamente mi piernas se enrollan en su espalda y mis manos se enredan en su cabello.

-por favor, no pares- le digo en el oído con la voz entre cortada y jadeante.

-solo si me dices que eres mía.- me da una sonrisa de pura lujuria.

-quiero que me hagas tuya, me quiero sentir solo tuya- cada vez fue más fuerte las envestidas, mientras con su lengua jugaba con mis senos, de pronto para y me voltea, poniéndome acostada boca abajo de rodillas, con sus piernas me separa mas las piernas y acaricia mi espalda baja hasta mi cuello para bajarme, automáticamente levante mas mi trasero estando completamente para el volviendo a entrar en mí, a los pocos minutos los dos llegamos al orgasmo, el quedo recostado un momento en mi espalda, tratando de recuperar el poco aliento.
-Bonita, sabes que así te ves después del mejor sexo de tu vida- me dice mientras se acomodaba alado de mí y quitaba mi cabello de la cara.

-Sabes que me acababa de bañar y ahora huelo a sexo.- bromee mientras me acomodaba en la cama para sentarme en el respaldo.

-Aun así te ves bonita y hueles mejor, hueles a mi.- pasa su nariz por mi cuello, quedándose un momento ahí.-  mm... ¿crees que deba irme?- dice apartando su mirada y viendo el techo.

-Pues tu ropa aún no está lista, pero ¿Qué haces normalmente después del sexo?- pregunte sin ningún tipo de filtro, a veces no pienso bien las cosas que digo, hubo un silencio por un momento.

-Pues realmente solo me voy sin despedirme.- se acomoda  igual para sentarse en el respaldo de la cama.

-Pues si quieres irte, está bien, ya después me das la ropa de Axel y si te quedas está bien, solo que te iras antes que amanezca.- me paro para buscar una pijama.

-Creo que prefiero esperar a que mi ropa este lista-  en su voz se escucha que esta cómodo con eso, tal vez y el ya sabia a lo que venia.

- ¿dormiremos en la misma cama?- me pregunta y su tono es un poco nervios, me causa una pequeña risa.

-Acabamos de tener sexo, qué más da si dormimos en la misma cama- se me sale una pequeña risa de burla, note como el frunció el ceño y no supe que significaba eso. Me termine de vestir y coloque mi alarma para despertar a Alejandro cuando se tenga que ir. Cuando estábamos dormidos, sentí como rodeaba su brazo mi cintura, alado de él me sentía cómoda, como si nos conociéramos de siempre.

De pronto la alarma me levanta de mi profundo sueño y levanto a Alejandro.

-Oye creo que es hora de que te tengas que ir- le susurro mientras le doy unos pequeños jalones, el soltó un  pequeño gruñido y me jalo de la cintura.

-Por favor solo quedémonos un rato así.

-Lo siento pero tienes que irte, iré por tu ropa y luego sales por el balcón.

Baje rápido por su ropa, pero cuidadosa que nadie me viera, sentía miedo como cuando una adolescente mete a escondidas a su novio. Cuando regreso a la habitación Alejandro seguía profundamente dormido, lo desperté rápido y él se empezó a vestir. Antes de que saliera del balcón me da un pequeño beso.

-hoy desayunamos juntos, bonita.- sentí raro eso, me trato como si fuéramos pareja, y no estoy muy segura si es así con todas, pero se sintió bien, regrese a mi cama a volver a dormir ya que estaba muy exhausta ya que solo había dormido 1hr.

Lazos Rojos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora