capitulo 43

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Isabella

Estoy investigando la vida de Adrien, prácticamente toda su vida está muy abierta al público, es joven, acaba de heredar el puesto de su padre, casi no lleva mucho ejerciendo y lo que está muy claro es que tiene una gran rivalidad con Alejandro.

Siempre que hace algo nuevo Alejandro, se lo quiere copiar o tumbar, será más difícil de lo que pensé esa negociación de la cadena hotelera, por el simple hecho de que Alejandro la quiere, pero porque la tiene el.

Tomo la computadora moviéndome al mueble que hay en la oficina de Alejandro, subo mis piernas de lado y sigo con la investigación, Alejandro igual está sumergido en su computadora, los casos más fuertes siempre se los dejaban a él, me encantaba observarlo trabajar, siempre fruncía el ceño y cuando le esteraba algo se dejaba caer en la silla y pasaba su mano por la frente haciendo pequeños masajes.

Me levanto silenciosamente dirigiéndome a la puerta.

- ¿A dónde vas?- me pregunta sin despegar la mirada de la computadora.

- Por comida.

- Pediré algo, quédate.- siempre quiere tenerme cerca aunque cada uno esté en lo suyo.

- Lo tengo en mi oficina, ya vengo.

- Si quieres chucherías en ese cajón hay.- me señalo unas pequeñas puertas que está debajo de su librero.

Me acerco un poco extrañada, pero si Alejandro no es de comer chucherías ni nada "que afectara su salud" abro las puertas y doy un salto de emoción, puedo ver como sonríe Alejandro aunque siga escribiendo en su computadora, corro a el abrazándolo del cuello mientras le reparte besos en toda la cara, lo veo reír aceptando que me sienten sus piernas.

- Te amo.- digo y me paro en seco.- oh.- bajo la cara mordiéndome las uñas.- no sé de donde salió eso.- lo veo levantarse, me toma de las mejillas.

- Ey, está bien, me gusta que me lo digas.- me besa de una forma tierna.- lo que pasa que.- se ríe al ver mi cara viendo el techo.- bueno es comprensible que me ames.- se burla.

- Eres un idiota.- le doy un golpe en el hombro.

- Exacto, soy un idiota que también ama a su novia.- me vuelve a besar y se me sale una sonrisa.

- Entonces si me amas.

- Como no te amaría- me acaricia los brazos- eres lo mejor que me pudo pasar- lo abrazo pegando me cabeza a su pecho.

- ¿entonces me regalas todos tus dulces?

- Son todos tuyos.- me empiezo a reír y me alejo para buscar lo que quería.

- Me vas acompañar a un viñedo.- me dice mientras me meto una papa a la boca.

- Oh, ¿cena romántica?

- No, vamos lo vamos a embargas.

- Ah.- digo decepcionada.

- Es de un expresidente y le estamos embargando varias propiedades que las adquirió ilícitamente.

- Está bien.

[...]

Me había pasado a cambiar a mi casa y alistar mis maletas, al parecer el viaje al viñedo iba a ser largo, Alejandro había evitado el dato de que era en Italia.

Me puse una falda floreada corta y un top blanco, al bajarme del avión me coloco los lentes y Alejandro me toma de la mano dirigiéndome a una camioneta que nos llevara directo al viñedo ya que este viaje tuvo que ser improvisado por la urgencia.

Lazos Rojos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora