capitulo 41- cumpleaños de Milán

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Me tomo todas mis pastillas temprano, tuve que cambiar mi método anticonceptivo a tomar las pastillas diarias, ya que a cada nada se nos olvidaba el condón a Alejandro y a mí.

Me levanto más temprano que Milán, no quiero que me vea en todo el día de hoy, en años pasados los días de su cumpleaños me obligaba a estar pegada a ella todo el día, pero esta vez quería hacerlo diferente y tal vez me odie y me tire mil maldiciones por irme, me puse ropa deportiva para estar más cómoda y no creo ver a Alejandro hoy.

Escucho sonar mi teléfono y lo agarro rápido antes que Milán lo escuche y salgo de mi casa.

- Aló

- Oye, bipolar ¿ya vienes? Me estoy congelando el culo aquí- el tiempo de invierno ya empezaba y creo que fue mala idea citar a Mario en el Parque.

- Nos vemos en el café que queda del otro lado del parque ¿vale? Ya voy.- le cuelgo y me apresuro a verlo.

La cafetería no le queda al paso a Milán así que no me preocupa.

- Hola guapo- saludo a Mario sentándome alado de él.

- Bien ¿Qué tienes preparado?- me habla emocionado.

- Amm...pues...- no tenía ni puta idea, tal vez una cena.- debemos de esperar a Máximo.

- ¿Máximo? ¿para qué?

- Se la está follando, no dejare que se la folle de a gratis de algo nos debe de servir.

- Tienes razón, a ella le da el pito y a nosotros nos debe de dar la cartera.

- Exacto.- me rio, hasta que entra Máximo con sus típicos aires de grandeza y sonriéndole a todos, a veces siento que caga risas y alegría, ya veo porque se lleva tan bien con Milán.

- Cuñadita – me saluda con voz cantarina.

- Hola.- lo saludo.

- ¿Qué tal?- abraza a Mario y se sienta enfrente de mi.- ¿y bien? ¿para que soy bueno?

- Según Milán para follar.- se burla Mario.

- Cuando quieran comprobar me dicen.- bromea y nos detenemos un momento para pedir lo que queremos.

- No sé si lo sepas ya pero Milán cumple hoy- se pone pálido y deduje que no sabía.- menudo idiota.- me quejo dándole un golpe en la cabeza.

- Nunca me menciono nada.- se justifica

- Pues como te lo dirá si su conversación se resume en follar- lo reprende Mario.

- Porque así lo quiere ella.

- ¿Ah sí?- cruzo los brazos dejándolos en la mesa y entre cerrando los ojos, Mario copia mi acción esperando la respuesta de máximo.

- Bueno... quiero...- se veía pensativo, una media sonrisa se le formo en los labios y los ojos le brillaban.- esperen, no vine hablar de mi relación con Milán ¿para qué me hablaron?- Mario y yo nos incorporamos poniendo los ojos en blanco por la fallida misión de sacar la información.

- Queremos organizarle una cena a Milán, solo nosotros 6, algo sencillo.- se ríe Mario y lo volteo a ver- ¿Qué?

- ¿Cómo que una cena? No vamos a cenar.- voltea la mirada Máximo.- es Milán la que nos drogo, vamos hacer algo grande, no una simple cena, lo aburrido solo le queda a Isabella y Alejandro.

- Bien, solo ustedes díganme que hago y yo seré su hada madrina que se los cumpliré.- sonreímos complacidos por la respuesta de máximo y se me pasan miles de ideas en la cabeza.

Lazos Rojos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora