Capítulo 33: El hámster ~Al descubierto~

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Había transcurrido unos pocos días desde que su hermano mayor renunciara a su empleo. Ritsu recibía la habitual visita de Shou. La madre había salido y los dos se encontraban a solas en la sala, sentados en el suelo conversando sobre sus poderes.

—¿Una bola de energía?

—Sí. Quisiera saber si puedes enseñarme a hacerlo, Shou.

El pelirrojo se ubicó detrás de Ritsu y deslizó las manos por los brazos del contrario hasta llegar a las manos, haciendo que el más alto se ruborizara.

—Ya te expliqué cómo canalizar tu energía a través de los brazos—le dijo muy cerca del oído.

Le tomó las manos y las levantó enfrentando las palmas, como si sostuviera una pelota invisible.

—Deja salir la energía despacio y le vas dando forma.

Una luz se formó entre sus manos, pero desapareció en una pequeña explosión que lo hizo sentir frustrado.

—Sólo inténtalo de nuevo.

Fue cuando se dieron cuenta de la presencia del hermano mayor. Aunque Ritsu se sintió incómodo permaneció en la misma posición con Shou quien saludó a Shigeo tranquilamente.

—Sólo vengo por algo de beber—se excusó Shigeo pasando hacia la cocina.

Ritsu se enfocó nuevamente en sus poderes.

—¡Lo hice! Shou, lo logré.

—Por supuesto, eres muy hábil, Ritsu.

—Te felicito, Ritsu—le dijo Shigeo, sosteniendo un envase de leche, recibiendo una sonrisa como respuesta. Luego, regresó a su habitación.

—No sabía que tu hermano estaría hoy en casa—dijo Shou apoyando el mentón en el hombro de Ritsu.

—Renunció a su empleo.

—¡Qué!

—Mis padres le pidieron que renunciara para dedicarse a estudiar para los exámenes.

—¿Y cómo lo tomó tu hermano?

—¿No lo viste? Parece un zombie—se giró quedando frente a Shou—. Algo sucedió el último día en la oficina. Según Hoyuelo, mi hermano salió muy alterado y llegó actuando muy extraño.

—¿Tú qué crees que sucedió?

—No se me ocurre nada. Lo que haya sido, ya pasó y ahora mi hermano está en casa, lejos de esa oficina.

—Que raro de ti que no hayas indagado más.

—Mantengo mi distancia. Me preocupo por él, pero ya no puedo hacer más—Ritsu buscó cambiar de tema—. ¿Qué tal si salimos a caminar un rato?

Los chicos fueron hasta el centro comercial. Como de costumbre, Shou miraba las vitrinas antojándose de todo mientras Ritsu trataba de evitar que comprara demasiado. El pelirrojo se detuvo frente a una tienda de mascotas y entró sin darle aviso a Ritsu quien lo siguió.

—Quiero un hámster—le dijo al pelinegro mientras observaba la jaula con los pequeños roedores.

—¿Para qué quieres una rata? Ya tienes un gato. O es que lo vas a alimentar con eso.

—No es una rata, es un hámster. Es diferente. Y en cuanto a Hitoshi, él ya está muy viejo, no será problema. Pero si tanto te preocupa, te puedes quedar con el hámster.

—No, en casa están prohibidas las mascotas.

-—¡Qué aburridos!—luego se dirigió a la chica que atendía el lugar—. Quiero llevarme uno, por favor.

El significado de un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora