Capítulo 9: Mira y sonríe ~Mira por la ventana~

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Era víspera de inicio de clases. Shigeo alistaba sus cosas para el día siguiente mientras Hoyuelo le hacía compañía. Abrió el cajón de su escritorio y entre un montón de papeles encontró la tarjeta de San Valentín que recibiera de forma anónima.

—Aún no hemos descifrado quien es tu admiradora secreta—le dijo Hoyuelo.

—Es Haru Misaki—contestó Shigeo observando la tarjeta.

—¿Estás seguro? No es una chica tímida.

—Es intuición. Hoyuelo, ¿podrías hacerme un favor mañana?

Luego de la ceremonia de inicio de clases, Shigeo se dirigió a su aula y revisó en la planilla qué puesto le había sido asignado. Su posición no había cambiado mucho con respecto al año anterior. También buscó a Haru Misaki, y vio que su puesto también quedaba en la misma posición: dos mesas a su izquierda.

Se sentó en su lugar y pronto apareció la chica haciéndolo sentir ansioso.

—Hola Kageyama-kun—dijo sentándose en el puesto de adelante mientras le sonreía.

—Buenos días, Haru.

—Quedamos en la misma clase. Y este ya es nuestro último año de secundaria.

—Sí. Este año tendremos que estudiar mucho para los exámenes.

—No me lo recuerdes. De sólo pensarlo me siento agotada. Deberíamos conformar un grupo de estudio, ¿qué te parece?

—Es una buena idea.

—Bien. Ya somos tú y yo. Veremos si alguien más se une.

Haru regresó a su puesto ante el aviso de proximidad del profesor. La jornada comenzó con un repaso de lo visto el año anterior.

Hoyuelo se presentó en el lugar y permaneció junto al esper en silencio.

—Shigeo, Haru te observa.

Shigeo escribió en la esquina de su hoja.

¿Recuerdas la letra de la tarjeta ?

—¿Quieres que vaya a ver si es la misma?

El chico agitó su bolígrafo dos veces hacia el frente.

—Entendido.

El espectro voló cerca de Misaki y observó detenidamente el cuaderno. Luego, regresó con Shigeo.

—Estoy casi seguro que es ella. Su letra se parece mucho.

Shigeo comenzaba a ponerse nervioso nuevamente.

—¡Señor Kageyama!—gritó el profesor haciendo que el chico se levantara de golpe—. Conteste a mi pregunta.

—Eh...

—Las mitocondrias—le sopló Hoyuelo.

—Las mitocondrias—contestó Shigeo con seguridad.

—Bien, siéntese.

Gracias.

Luego de unos minutos de observar a los chicos, Hoyuelo tuvo una idea.

—Shigeo, has lo siguiente: observa a Misaki y cuando ella se voltee a verte, le sonríes.

¿Para qué?

—Sólo hazlo.

El chico hizo lo que le sugirió el espectro. En cuanto sus miradas se encontraron, Shigeo sonrió haciendo sonrojar a Misaki quien le sonrió tímidamente y regresó la vista a su cuaderno.

El significado de un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora