Capítulo 3: Quisiera que fuera una cita ~ mi discípulo ~

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Luego de cerrar la oficina, Reigen invitó a Mob a comer Ramen. El mayor buscaba cualquier tema que rompiera el incómodo silencio que trataba de tomar lugar entre los dos. El chico le seguía la conversación animado. No importaba si Mob seguía siendo o no tímido, con su maestro siempre podía ser él mismo y expresarse libremente.

Reigen hubiera querido, muy en el fondo donde ocultaba estos sentimientos, que aquella invitación a comer fuera una cita, mas no importaba, estaban pasándola bien. Cuando los platos estuvieron vacíos, salieron del establecimiento y cada uno se dirigió a su casa luego de una breve despedida.

Reigen entró a su departamento, se sacó el abrigo y la corbata antes de tirarse en el sofá para fumar un cigarrillo. Lo necesitaba. Habían sido demasiadas emociones por un día. Miraba la caja de chocolates. No era la primera vez que su discípulo le daba un obsequio de San Valentín. Cuando el esper estaba en la primaria, solía llevarle algún chocolate y una tarjeta hecha a mano. Pero el primer año de secundaria ya no lo hizo al descubrir en qué consistía la tradición.

Comió un chocolate y recordó a Mob tomando el que le ofreció. Era conciente de los sentimientos de su discípulo y al parecer el chico también. Sabía que todo esto se debía a lo que había ocurrido entre los dos cuando se quedaron a solas en su oficina, ese día que Mob perdió el control de sus poderes. Aquello que ocurrió cuando lo consolaba por haber sido rechazado por el amor de su infancia.

 Aquello que ocurrió cuando lo consolaba por haber sido rechazado por el amor de su infancia

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El significado de un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora