El significado de un beso

Capítulo 44: Suerte ~déjaselo a tu maestro~

Sentado en el suelo, Shigeo observaba a Teruki repasar una vez más el plan que tenía para la cita de Navidad con Kanae.

—Cenaremos juntos, ya confirmé la reservación. Llevo el ramo de flores y el regalo.

Al nombrar éste último, hizo referencia al estuche plateado que contenía un collar con un dije en forma de copo de nieve.

—¿Cómo conseguiste flores en esta época?

—Sólo te diré que no fue barato.

—Las flores no son baratas—suspiró recordando el ramo que compró para su viejo amor.

—Luego de la cena, iremos a ver las luces. Pasaremos la noche aquí en mi departamento—. Teruki se ruborizó—. Será nuestra primera noche juntos.

El rubio revisaba de nuevo el menú que había elegido para la cena que sería en tres días, pensando que, tal vez, debería cambiar el plato principal. ¿Y si a Kanae no le gustaba?

—¡Cálmate, Teru! Ves a Kanae-chan todos los días. No tienes por qué estar tan nervioso.

—Sí... Sí... Es cierto—suspiró—. No estaba tan nervioso desde que solía buscar a cierto azabache después de clases.

—Eso es mentira. Tú siempre estabas muy tranquilo. Si te hubiera visto nervioso habría notado tus oscuras intenciones.

La risa ayudó a Teruki a calmarse.

—Dime, Shigeo. ¿Tienes planes con Reigen para Navidad?

Shigeo se sonrojó y cruzó las piernas tomándose los tobillos con ambas manos.

—Según Hoyuelo, Reigen está preparando una sorpresa para mi. Aún no sé qué es, pero me citó en la oficina.

—¡Oh! Tal vez tengas suerte.

El rojo del rostro de Shigeo se extendió hasta las orejas.

—E... No... No creo... Reigen y yo vamos a esperar... Ya te lo dije... Además, está eso de la sincronización.

Teruki dejó a un lado el menú que aún sostenía en las manos y miró de frente a su amigo.

—Sobre eso, no deberías preocuparte. No es algo con lo que vayas a lastimar a Reigen. Tus poderes están vinculados a tus emociones, si es una positiva los resultados deberían ser igual. ¿No crees?

Pero Shigeo no estaba convencido. Justo cuando comenzaba a disfrutar de los besos y caricias de Reigen, aparecía esto y, de nuevo, se obligaba a contenerse.

—¡Shigeo!—lo llamó por tercera vez sacándolo de sus pensamientos.

—¿Ah? ¿Qué?

—Te preguntaba que si hoy tienes que trabajar.

—Ah... Sí, ya es hora de irme.

Despidiéndose con un abrazo, Shigeo salió hacia su trabajo. Se distraía observando las decoraciones y fantaseando un poco con Reigen y lo que harían en Navidad.

«Tal vez tengas suerte.»

Tragó pesado. Metió las manos en los bolsillos y ocultó parte de su rostro tras la bufanda. ¿Cuál sería la sorpresa de Reigen? Su corazón latía con fuerza y su cuerpo se llenaba de emoción con sólo pensar en que pasaría la fecha con él. Una voz femenina lo trajo de vuelta a la realidad.

—Hola joven. Te ves muy apuesto, debes tener novia, ¿verdad?

—Esto... No... No tengo.

—Pero seguro que te gusta alguna chica, se ve en tu rostro. Esta es la época ideal para conquistarla con una de nuestras fragancias. Te garantizamos que caerá rendida ante ti.