Quiso detenerlo mas no tuvo el valor para hacerlo. Reigen se quedó inmóvil observando como una vez más Mob se marchaba de su vida. Lo tomó con resignación, sin decir nada y sin derramar ni una lágrima. Desde que lo vió el día de su cumpleaños, supo que ya no le pertenecía. ¿Cuándo le había pertenecido? Mob no era suyo, era libre de irse o volver, y continuar rasguñando su corazón. Pero el beso cambiaba el significado de todo. Y aún así, Reigen no se movía porque para él Mob era claro con sus palabras: Había sido una mala idea volver.
El esper llegó hasta la puerta y se detuvo sintiendo todas sus emociones acumulándose en el pecho. Sólo era un beso y, sin embargo, la sensación en los labios, el ligero aroma a tabaco, la cercanía... ¿Acaso estaba perdiendo la cabeza? No sentía nada por él, ya lo había superado para seguir adelante con su vida. Entonces, ¿por qué le correspondió? ¿Acaso esperaba que sucediera? Apretó los dientes y las cargaderas de su maletín. Estaba tenso, como si quisiera gritar de rabia. Sólo le tomó un instante darse la vuelta y correr hacia un confundido Reigen, para abrazarlo por el cuello y besarlo. El mayor estaba atónito, siendo consciente únicamente del contacto de los labios. Mob apoyó su frente en el hombro de Reigen y cerró los ojos envolviéndose con su esencia.
—Maestro, no quiero marcharme de nuevo.
—Yo tampoco quiero que te vayas—lo abrazó rodeando su espalda.
—Entonces, ¿por qué no me detuvo?
—Habíamos llegado a un acuerdo...
—¿Acaso sirvió de algo?
—No—contestó con una risilla tímida y triste.
Mob se recriminaba por haber sido tan débil. Un sólo beso y ya no pudo resistirse más. Se había mentido a sí mismo todo este tiempo, diciéndose que no sentía nada, que todo había cambiado, pero no era cierto. En el fondo era consciente de la única verdad.
—Yo aún lo amo. Todo este tiempo he tratado de convencerme de lo contrario, pero lo que siento por usted es muy fuerte.
—Pero dijiste que estos sentimientos son los que nos separan.
Mob se quedó en silencio, pensativo. No quería alejarse de nuevo y ya le importaba poco el acuerdo entre ellos. Había regresado para quedarse aun si Reigen se disculpaba cada vez que expresaba su amor o si quería aferrarse tontamente a la idea de guardar distancia. Aunque también podía entender los miedos del mayor. Era obvio que no podía vivir sin él. Este año había experimentado cosas nuevas, pero la ausencia de Reigen le caló hondo. Extrañaba su guía y la confianza que le brindaba para hablar de sus inseguridades porque sólo con él se sentía libre de mostrarse como era. Extrañaba su olor, sus sonrisas, sus abrazos, sus besos. Extrañaba todo de él.
Aún abrazaba al mayor, que le miraba esperando a que hablara.
—Nos alejamos por miedo a lo que sentimos.
—Nos alejamos porque no quería lastimarte.
—Para mí es lo mismo.
—No, Mob...
Reigen trató de apartarlo sin éxito. Sus rostros estaban tan cerca que podían sentir el aliento del otro.
—Usted tiene miedo de lo que siente por mí. Yo tengo miedo de hasta dónde puede llegar mi amor por usted.
El cuerpo de Reigen comenzaba a relajarse poco a poco. Las palabras de Mob tenían mucho peso para él o tal vez sólo quería encontrar un motivo en aquellas para no dejarlo ir. Con cada silencio le daba la razón a Mob quien tomó valor para lo que estaba por decirle.
—Maestro...—Reigen le escuchó con atención—. Intentamos separarnos y no funcionó—exhaló y lo miró a los ojos—. ¿Y si probamos estar juntos?
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El significado de un beso
FanficLuego de años de contener sus emociones, Kageyama Shigeo, también conocido como Mob, al fin es libre de sentir lo que lo lleva a descubrir que tiene sentimientos hacia su maestro, Arataka Reigen, quien es mucho mayor que él. Pero también descubrirá...