Capítulo 31

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Emma:

Me levante del sillón y sin decir una palabra me retire hacia mi cuarto. ¿Es que acaso mi madre ya no me quería con ella? Ahora que había encontrado a mi  padre biológico podrían todos  finalmente librarse de mi presencia y yo dejaría de ser una carga para la familia. Lo único que no me cerraba era porque Nate estaba enojado y no contento, al fin y al cabo el me quería fuera desde que entre a esta familia.

Perdón, les voy a explicar por que todas estas preguntas -y algunas más-  revoloteaban en mi cabeza y no me dejaban en paz. Al entrara mi casa después de esos días en la playa, mi mamá (si es que la puedo seguir llamando así), me conto sobre la "posibilidad" que le había planteado  John de que yo me vaya a vivir a Inglaterra con ellos. Y no me mal entiendan, ,mi aprecio por Jhon iba en ascenso con el pasar de los días, además no podía negar que estar más cerca de Emilia y de Han me emocionaba bastante. Pero aún así, nunca se me había cruzado el pensamiento de irme a Inglaterra y dejar mi vida acá, a Nate, mis amigos, mis abuelos, a Tristan y a... MI MAMÁ, que era la persona más importante en mi vida, mi ancla, mi modelo a seguir, mi mejor concejera, básicamente mi todo. 

Si yo no me lo podía plantear como posibilidad entonces ¿Cómo es que ella pudo?. El planteármelo suponía que había 50% chances de que yo diga que si, 50% de chances de que viva a km de ella, de que nos separemos, de que yo deje de ser parte de su vida y ella de la mía. ¿Cómo podía importarle tan poco que había dejado que nuestro vinculo quede a la posibilidad de 50%? 

No se cuantas tiempo había pasado desde que estaba en mi cuarto llorando, podían ser horas, minutos o días. El tiempo se había disipado para mi y lo único que hacia era llorar. Y es que últimamente sentía que era todo lo que hacia. Recordaba levantarme feliz, ser la alegría de la casa, cantar a los gritos y reír a carcajadas por la mínima gracia pero de un momento a otro todo eso se corto, y aunque intente sonreír y aunque tenga momentos de felicidad parecen ser una bocanada de aire de un ahogado al que se lo esta llevando la corriente, que sabe que es imposible salir, que ve como su vida esta terminando pero igualmente trata de levantar la cabeza para poder conseguir un poco de aire y de nadas para adelante por mas estúpido que parezca. 

Jack apareció en mi balcón y en un idioma de miradas que solo nosotros entendíamos, le abrí la puerta y lo deje pasar para inundarme en un abrazo que me dio consuelo, la tristeza seguía, y el llanto igual pero por lo menos ahora era compartido, como si la corriente hubiera bajado un poquito, me seguía tirando pero no tanto. 

- Deberías hablar con Nate Emmi - me dijo con voz dulce 

- ¿Para que? ¿ Para escucharlo de lo feliz que esta de que yo me vaya y le devuelva su vida? ¿Para verlo regocijarse de mi sufrimiento? No, gracias, paso.- dije secamente

- Haceme caso Emma, habla con el. Se que lo queres y se que el te quiere a vos. - me dijo mirándome fijamente a los ojos, con una de sus miradas que me era difícil evadir y mas difícil aún declinar, suspire y asentí con la cabeza - Te espero afuera




Nate me miro y yo lo mire a el, los dos estábamos incomodos esperando que alguno fuera el primero en decir algo.

- ¿Estas feliz? - le pregunte 

- No Emma, no lo estoy. No quiero que te vayas de casa y tampoco lo quiere mamá. Te lo propuso deseando que le digas que no pero pensando en vos, hace meses que no estas feliz y nadie sabe que hacer para ayudarte.

- Te hubiera creído lo de mamá si no hubieras dicho que vos queres que me quede - le dije y lance una carcajada seca.

- No seas así Emma - dijo tomándome la mano - Te juro que lo se, se que me porte mal con vos y que estuve super mal pero te amo, sos mi hermana como no lo iba a hacer

Emma y JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora