Capítulo X (Su verdadero cuerpo)

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Azul: 

¿Y ahora qué? Estaba rodeada de personas que lanzaban miradas algo aterradoras, ¿Por qué tienen colores tan llamativos en sus ojos? 

Una mujer entró al lugar donde yo estaba y dejó una taza junto a su jarra frente a mí, su pelo era marrón y tenía unos ojos verdes muy brillantes. 

―La señorita Alma la atenderá en unos minutos, ¿Le gustaría tomar algo? ―Sonrió dejando ver sus colmillos y mi piel se estremeció. 

Lo que más me llamaba la atención era que tenía una venda en su cuello, ¿Acaso le hicieron algo? 

―Mi nombre es Bella, no te haré nada, aquí en el castillo también hay un humano como tú y es muy querido ―Se sentó en una de las sillas cerca de mí.

¡¿Un humano?! ¡Entonces él podría entender la situación mejor que una vampira, esposa de un hombre aterrador!

―¿Me van a matar? ¡No beban mi sangre les digo que tengo la más horrible! ―negué y ella comenzó a reír. 

―Hueles dulce, nadie puede mentirnos acerca de eso ―comenzó a servir una taza de té o de café y me la acercó ―Tranquila, la princesa también fue una humana y todos son queridos.

―¡Por eso beben sangre! ―crucé mis brazos y miré de reojo la taza. Mierda, realmente mi estómago rugía de hambre, pero mi orgullo ganaba. 

―No creo que ella te mate, pero no hagas enojar al príncipe Juliann ya que él sí es algo serio y enojón ―comenzó a destapar la bandeja que trajo junto a la taza y... ¡Era una tarta de frutillas! 

Creo que mi boca estaba a punto de abrirse y me tiraría a devorarla. 

―Esta tarta es la favorita de la princesa Alma, aún siendo vampira le gustan las tartas de frutillas sin sangre y supuse que te gustaría a ti también ―me acercó el plato ―Por favor, come, la he hecho solo para ti. 

Bajé mi mirada y seguí con mi orgullo intacto, ¿Y si estaba todo envenenado? No voy a confiar en ellos.

―¿Sabes? En unos días se celebra el Día del Origen y es probable que te pongan a trabajar ese día si es que quieres vivir ―Se levantó de la silla ―Ahí viene Alma, te recomiendo que no digas ninguna mentira. 

Y apenas terminó de hablar, salió de la habitación. No hice ni un ruido, miré las paredes blancas y elegantes... ¡Este lugar valdría millones de dólares! 

No podía creer que había escapado de mi casa, mi prometido siempre fue un hombre muy malo conmigo y no quería casarme con él. Recuerdo que escapé apenas tuve la oportunidad y corrieron detrás de mí apuntándome con sus armas, pero logré perderlos en el bosque. 

Sin embargo, ¡Caigo en un castillo lleno de vampiros! 

Mi vestido blanco estaba sucio y lleno de hojas, vino una vampira muy amable llamada "Anastasia" a cambiar mi ropa. Me dijo que era muy cercana a la princesa y que sabía que ella no me mataría... Hay que ver si su esposo cambia de opinión. 

Ahora llevaba un vestido color crema hasta mis tobillos, mi cabello brillaba más ya que me pude bañar y peinar. Lo único que más me aterraba era que me saquen de aquí y me lleven a mi aldea. 

Y además... ¡¿Qué mierda es el Día del Origen?! Con tan solo saber su nombre ya me daba algo de miedo. 

No pude seguir pensando porque esa tal Alma entró, solo que mis ojos se abrieron aterrados al ver que su esposo estaba con ella. No tenía cara de buenos amigos conmigo, parecía que sus ojos rojos iban a destrozarme en segundos. 

Eternos: Mi vampiro favorito IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora