Capítulo XXIV Segunda parte (Sangre poderosa)

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IMPORTANTE: EL VIDEO ESPECIAL 1millón de lecturas SE ENCUENTRA EN ESTE CAPÍTULO AL FINAL. 

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P.O.V. Azul: 

Yo no quería que esto sucediera, para nada. 

—¡Alec va a estar muy enojado! Todo estaba bajo control... —me quejé del agarre de Stephen, su mano apretó mi brazo fuertemente. 

—¡Tú porque no viste lo que yo vi! ¡Querían hacerte algo más que echarte del lugar! —él respondió enojado y sacó sus colmillos. 

—Sí, pero el plan... — suspiré apenada —espero que ellos estén bien.

—Nadie me importa en este momento —bufó —ellos saben cuidarse. 

Me llevó hasta el otro lado del bosque, y solo podía pensar en que, aunque nosotros fuimos los culpables de que el plan no saliera como se esperaba, todos estén bien...

/FLASHBACK/

En este momento soy la distracción perfecta, los guardias se fijarían en mí apenas atravesar la zona y toda la atención se desviará, para que el grupo de desconexión haga su trabajo tranquilo. 

Stephen insistió en quedarse conmigo, pero él estaría escondido... Fue la única condición que puso Alec. 

Él le dijo que podía estar allí, pero que no se le ocurriera aparecer o hacer ningún ruido. Dentro de todo, todos confiábamos en que él no haría nada, ya que era solo su actitud diaria de "protección" que tenía conmigo y lo que solo quería era verme. 

Comencé el plan, el paso número 1. 

Como era de esperarse, los guardias vinieron rápidamente hacia donde estaba. Yo era una humana que nadie conocía, al menos en el mundo inmortal y en el de los brujos era una cosa insignificante. 

Apenas verme, los guardias me apuntaron con sus espadas, otros con sus arcos y el jefe de ellos se acercó a mí. 

Bah, supuse que era el jefe por su túnica diferente al de los otros. 

—No puede estar aquí —me miró serio —¿Puedo preguntar qué hace una humana aquí?

—¿Humana? —fingí confusión —Yo... Solo me perdí, no sé dónde estoy y necesito ir hacia la aldea más cercana. 

Los guardias se miraron entre ellos, sin gesto alguno. 

—¿A qué aldea quieres ir? —el jefe ladeó su cabeza y me miró de una forma extraña.

—La aldea South Forest —nombré una de las aldeas cercanas. 

—Esa aldea queda del otro lado... —se acercó a mí —¿Sabes lo que sucede? Jamás tuviste que acercarte aquí. 

—Yo... Gracias por guiarme —sonreí y me di la vuelta para comenzar a caminar, pero el guardia agarró mi brazo. 

—No vas a irte de aquí, muñeca —uno de los guardias habló. 

No sé en qué momento me encontré rodeada por ellos, y la desesperación se apoderó de mí. 

Cuando quise gritar, uno de ellos tapó mi boca, mientras que los otros agarraron mis brazos y piernas. 

Algo en mi mente me decía que lo que iban a hacer era horripilante, y así fue. 

El jefe se acercó a mi rostro, y antes de poner un dedo sobre mí, su sangre salpicó mi cuerpo. 

Eternos: Mi vampiro favorito IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora