P.O.V. David
Otra vez en el entrenamiento, Alec nos dijo al fin la noticia de que toda esta mierda iba a terminar pronto. El ejército armado estos meses se preparaba para matar a todos estos malditos que suponían tener un poder mayor al nuestro, la realidad es, por suerte, que no eran inmortales.
Golpeé con más fuerza el saco delante de mí y sonreí hiperactivo, sentí una adrenalina descontrolada al saber que pronto estaría otra vez con mis padres y con la mujer que tanto quería; Bella.
Mis colmillos se volvían locos cada vez que pensaba en ella, en tan solo imaginar que podía verla y hacerla mi sirvienta, me gustaba cada vez más.
Entre tantos pensamientos, sentí algo apretándome en el pantalón. Me sonrojé al ver mi erección debajo de mi ropa, ah sí, eso me sucede cada vez más.
—Hey, tranquilo eh —Diana soltó una risa al ver lo que sucedía.
¡Bah! ¡¿Es que acaso ella no tiene la misma edad que yo?! Un poco más de empatía sería mejor, ¿No?
Bufé molesto, por su comentario ahora tenía la mirada de Alec y de Amelie también.
—Ah, mira al niño, ya está entrando en la adolescencia —Amelie comentó.
—Basta, ¿Podrían concentrarse en lo que importa? —Alec interrumpió, siempre con ese acento italiano que me molestaba un poco.
Suspiré aliviado igualmente, el entrenamiento se retomó. Mientras Diana seguía practicando su puntería y habilidad con las dagas y el fuego.
Era obvio que lo más importante ahora era entrenar el uso de armas antes que nuestros poderes, ya que primero debíamos romper el hechizo de anulación de poderes allí. Cuando esa tarea ya esté completa, la fiesta comenzará y estoy seguro que todos comenzarán a arder.
Si ese hechizo no estuviera, mi papá habría destrozado el lugar en minutos, pero no fue así y ahora después de meses debemos desactivar ese maldito hechizo.
Sabía que si cumplíamos ese paso, todo cambiaría y las cosas serían más fáciles.
El plan propuesto era muy convincente; un grupo se encargaría de distraer y el otro de atacar cuando fuera el momento.
Las personas elegidas para distraer a los guardias del Reino Armoris eran: Azul, Stephen; el cual no se despega jamás de esa humana y luego algunos lobos que aceptaron la tarea.
Amelie, Alec, Diana, Caroline y su familia, Cristal, el Clan Wolforne y aliados, vampiros aliados; entre ellos Isidora con ese chico Marco, y luego yo... Todos nosotros saldríamos a atacar.
La cantidad de vampiros y lobos reunidos para salvarlos a todos, era increíble. También muchos lo hacían porque varios nobles que estaban prisioneros en el Reino eran familiares suyos, y debo decir que a nadie le importaba morir por salvar a los de su sangre.
El entrenamiento finalizó después de varias horas, salí rápidamente del lugar para poder irme a asear y cambiar. Mi ansiedad por la guerra sobrepasaba el tiempo, estaba realmente emocionado.
Subí las escaleras alfombradas y llegué a mi habitación. Mientras me preparaba para bañarme, miraba mi reflejo en un espejo. Sabía que apenas estaba entrando a la adolescencia y mi cuerpo lucía como el de un chico mayor, aproximadamente de unos 20 años. Lo mismo sucedía con mi hermana, ¿Por qué?
Incluso mi forma de pensar, hablar, expresarme... Todo parecía como si estuviera en la adultez.
Sabía que el crecimiento de los vampiros era más rápido, pero tampoco a este ritmo excesivo.
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Eternos: Mi vampiro favorito II
VampirAmbos, buscando la tranquilidad en su familia, se darán cuenta de que los problemas aún no han acabado, pero cualquiera que entre a las garras de los Valt, será destruido. La familia se agranda, un mundo nuevo abarca la historia, y enemigos tambié...