𝗘𝗹 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗮 𝗹𝗮 𝘀𝗼𝗹𝘂𝗰𝗶𝗼𝗻

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Al salir el sol, quedé con Anne de vernos en Green Gables para ayudarla con Derek, así que me alisté de inmediato, no sin antes despedirme de los chicos, de Deli y la señora Lacroix. 

Mañana darían los resultados de los exámenes de ingreso y al pensarlo no podía evitar que mi cuerpo se estremeciera del miedo. Bajé del caballo y lo amarré en la madera. La gran vivienda siempre me llenaba de una tranquilidad profunda, ya que además de los ruidos que producían los animales, no había otro sonido que se interpusiera en él bendito silencio. 

Anne: ¡Rose, llegaste! .-me envolvió en sus brazos y acepté el gesto con gusto. 

-No podía dejarte sola, ¿estás lista? 

Anne: Sí, ayer por la noche me encontré con él, le dije que tenía que decirle algo hoy por la tarde, no puedo evitar pensar que el miedo puede consumirme al compás de una simple melodía y arrastrarme para siempre en la oscuridad. Me aterroriza. 

-Lo harás bien, confía en ti misma.

Anne: No sé siquiera qué le diré. 

-Dile qué es lo que sientes, dentro de tu ser cuando estas con él, o como es que te enamoraste. Solo escucha a tu corazón Anne. 

Anne: Rose, nunca pude agradecerte con debida gratitud que sin siquiera dudarlo, dejaste a Derek por mí. 

-Por ti y por la paz en mi corazón, sabía con detalle que no podía atarlo a una persona con la que no quería estar. Pero contigo. -acaricié su cabello con tono del fuego.- estoy mas que confiada que será feliz. 

Ella sonrió ante mis palabras lo cual me causó tranquilidad. 


después de un rato de que Anne partiera al encuentro con Derek, me senté a ayudarle a coser a Marilla mientras charlábamos un rato. 

-¿Y nunca pensó en casarse? 

Marilla: Una vez pasó por mi mente, pero la oportunidad se fue de mis manos. 

-¿Porqué? .-dejé lo que hacía para escuchar sus palabras. 

Marilla: Mhm, yo suponía que tenía todo el tiempo del mundo bajo mi poder, pero no fue así, no tomé la decisión correcta y nunca pude decir cómo me sentía, lo perdí. 

Me hizo analizar todo lo que pasaba en mi situación actual. No podría cometer un mismo error otra vez. Me retiré aquella tarde no sin antes despedirme de ambos, siempre fueron como una segunda familia para mí, me trataron con su mayor cariño y aprecio y nunca dudaron en ayudarme, los abracé fuerte y partí del lugar. 

Por el camino se me ocurrió visitar a ambos de mis tíos, aunque no quedaban tan cerca tenía mucho ánimo por conversar con ambos y contarles todo lo que ha estado pasando. 

Al postrarme frente a la puerta, mi mano se encargó de hacer sonar aquel gran portón. La señorita que ayudaba en la casa me recibió con amabilidad y me dejó pasar sin dudarlo. 

Podía escuchar una melodía proveniente de la estancia, no tarde en incorporarme en ella. 

George: Cariño ¿has visto mi traje formal? ¿o los formularios del contrato? 

Samantha: El traje está en el baúl de la habitación de huéspedes, lo dejé a la plancha y los formularios, seguramente los dejaste en tu oficina. O puedes buscar en- ¡Rose! 

amaba como se alegraban de verme, me sentía bienvenida siempre. Mi tía se detuvo al verme, tocaba una melodía exclusivamente encantadora en aquel piano, se puso de pie y extendió su bello vestido carmín, se veía preciosa. 

MI QUERIDA ROSE SMITH... ‹‹ Gilbert Blythe »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora